A los maestros Gustavo Pereira y William Osuna
A cada uno en su momento
Los sifrinos de la Gran Caracas
llaman a la comida fast food que significa grasas trans
arterioesclerosis obesidad comida chatarra Funeraria Vallés
A los cerros le dicen colinas que quiere decir pequeñas estribaciones montañosas en donde nadie tiembla cuando llueve, dónde no se desbarrancan las casas en medio de una tempestad
A las guacamayas les dicen Parrots que significa pobres pájaros coloridos que perdieron el cielo por estar enjaulados
A estar tristes le llaman estar deprimidos, que no es más que sillón de psicoanálisis curda encapillada Tafil® Rivotril® y Prozac®
Al amor lo llaman Viagra® extraño término equivalente a decir ostiones del Cabo langostas de Maine y Champagne
Los Niños Bien del este de cualquiera de nuestras ciudades dicen “Niche”
Para nombrar a los otros seres humanos
los que no estudian en la Metropolitana o en la UCAB
Para decir empleada dicen Cachifa
“La señora que cuidó mi infancia mientras mamá jugaba canasta”
Para decir tienes razón pero no quiero perder mis privilegios te dicen resentido marginal
Los muy avispados si saben lo que dicen
Para decir Tierra apuntan hacia El Norte
Para decir casa dicen Town House
Para rumba playera dicen beach party
Y dicen Mall para nombrar Centro Comercial
Para decir “te quiero” dicen I love you
Para decir “simpático” dicen nice
Al hablar de dios piensan en Dollar
Para decir adiós dicen good bye
Para decir Pueblo dicen Sociedad Civil
Para decir Patria dicen “los United”
Tienen tan grande confusión de sentimientos
Que con razón las malas gentes que somos
Les llamamos sifirnos.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
lunes, 21 de noviembre de 2011
¡Que vivan los estudiantes!
¡Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!
Violeta Parra
El 21 de noviembre de 1957 pasa a formar parte del calendario patrio venezolano gracias a los jóvenes estudiantes que irrumpieron en nuestra historia dando un paso adelante en la lucha contra la dictadura que había impuesto desde 1952 Marcos Pérez Jiménez.
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!
Violeta Parra
El 21 de noviembre de 1957 pasa a formar parte del calendario patrio venezolano gracias a los jóvenes estudiantes que irrumpieron en nuestra historia dando un paso adelante en la lucha contra la dictadura que había impuesto desde 1952 Marcos Pérez Jiménez.
Corriendo una serie de riesgos -que podían llegar hasta la pérdida de la propia vida-, en su lucha contra la satrapía y como protesta por el anunciado plebiscito que de antemano se sabía que reelegiría presidente de la República al general tachirense, los estudiantes caraqueños se declararon ese día en huelga. No hubo para ellos presupuesto de la NED, no hubo para ellos Defensoría del Pueblo y mucho menos Comisión de los Derechos Humanos. No se escuchó durante esos días la voz de ningún Insulza, el grito de ningún Vivanco. No hubo SIP que se pronunciara.
Carajitos de bachillerato, mostrando pundonor y valentía, se sumaron a los estudiantes de la Universidad Central de Venezuela otrora “la Casa que vence las sombras” y desde allí la llama se extendió a otras casas de estudio de la misma capital y del interior de la patria.
En esa época la policía del régimen, la temida Seguridad Nacional tomó la UCV y apresó a numerosos estudiantes que fueron a dar con sus huesos a la cárcel, que probaron en sus cuerpos los refinados procedimientos de tortura que habían patentado los cuerpos represivos del Estado.
Estos sucesos desembocaron en el 23 de enero de 1958 y concluyeron con la huida del dictador Marcos Pérez Jiménez.
Por fortuna para estos chicos, el espíritu aguerrido que había distinguido a los venezolanos durante el siglo XIX y que parecía extinguido luego de tantos años de dictaduras castrenses -casi ininterrumpidas desde la época de Gómez y luego con Pérez Jiménez-, despertó para sacudirse el yugo de las armas.
Desafiantes, con sus puños en alto como estandarte, con barricadas callejeras como escudo, con palos y piedras como armamento de destrucción masiva, estos jóvenes todavía olorosos a virutas lápiz mongol, con un bozo incipiente sobre el labio, diciéndole adiós a la menarquía y con el rostro acribillado por el acné, decidieron enfrentarse seriamente a las injusticias y depravación del régimen de facto.
Con solo su coraje, aquellos muchachos encarnaron el descontento popular y como rezaba el decreto que emitiría el año siguiente la Junta de Gobierno presidida por el Dr. Edgar Sanabria: “iniciaron la última etapa de la resistencia del pueblo venezolano contra el régimen depuesto” convirtiendo en admirable la jornada. Dejaron así inscrito para siempre la fecha del 21 de noviembre de 1957.
Esa misma estirpe de estudiantes se echó a las calles durante las siguientes décadas y equivocados o no, empuñaron las armas. Cogieron el monte tratando de materializar a través de la guerrilla los cambios que, con sus gritos apagados por la sordina de la represión pedía el pueblo venezolano como alivio a sus desgracias.
Esa juventud romántica que se embarcó en la lucha guerrillera tomó para sí banderas como las del mayo francés con el mismo ímpetu que medio siglo antes adheriría con entusiasmo la reforma de Córdoba.
Así fue como les tocó a los integrantes de nuestras generaciones durante las décadas siguientes, las de los 70s, 80s y 90s, asumir la conducción de las luchas de calle manteniendo viva la llama rebelde, atizando el fuego libertario, independentista y antiimperialista hasta que surgió nuevamente el sueño revolucionario.
Hoy día lamentablemente y forzada por la superficialidad, se ve la división de nuestra juventud y con verdadera aflicción percibimos comprometida la unidad universitaria.Mientras en la vieja Europa sus integrantes más jóvenes luchan por reducir la brecha entre los pocos que todo lo poseen y las grandes masas que ya no tienen ni esperanzas; mientras en las calles Chilenas los estudiantes se ganan a pulso una mejor y accesible educación universitaria, mientras los chicos colombianos logran que su gobierno eche para atrás una reforma leonina que afirma la exclusión a la que han estado sometidos casi todos los que quieren estudiar en esa tierra hermana -en donde a los seres humanos se los clasifica por estratos-, algunos de nuestros muchachos con sus manitas pintadas de blanco, reniegan de la democratización de la enseñanza, se alían a los traidores de siempre, a los eternos vendepatria, abjuran de los adelantos hechos por este gobierno en materia de accesibilidad a la educación (sea esta básica o universitaria) y deciden parar la tierra para apearse de ella y poder montarse en “el autobús del progreso” que tiene como estación final regresarlos al pasado, al ayer en dónde sólo unos cuantos privilegiados accedían al estudio universitario y de allí salían envenenados, picados por el áspid del egoísmo y la superficialidad de unas academias que preparaban -y aún hoy preparan- mano de obra calificada para alimentar la avidez insaciable del mercado.
Afortunadamente cada día aparece un nuevo Kevin Ávila, estudiante sensible que toma la estafeta del pensamiento revolucionario, muchacho que se enfrenta con la pasión propio de la juventud a unas autoridades que se han deslegitimado de tanto atentar contra su propia Alma Mater.
Pieles sensibles como la de la rectora Arocha personaje público que alega como causa para la expulsión por un año de este muchacho, el que éste la haya insultado, son los mismos que arengan a otros dirigentes oposicionistas para que le recuerden hasta la madre al Presidente de todos los venezolanos, para que lo acusen ante cualquier organismo internacional de haber cometido “crímenes de lesa humanidad” aunque no hayan logrado recabar prueba alguna de lo aseverado.
A pesar del alto riesgo que corrieron en las calles, los estudiantes de todas las épocas han logrado organizar la fuerza universitaria para marcar el ritmo de la lucha contra las injusticias a las que son sometidos los pueblos por parte de los represores del Estado. Nombres como el de Carlos Bello, Domingo Salazar o Magdiel Páez, se escucharán eternamente mientras las necesidades más apremiantes de la gente sigan sin ser subsanadas. Lo mejor de la dirigencia estudiantil se ha forjado en las calles al calos del combate, su espíritu se ha fortalecido con los reclamos de la gente y en cada momento histórico y cada quién a su manera han sabido proyectar con valentía y arrojo el talante combatiente del pueblo venezolano.
Hoy cuando Venezuela realiza titánicos esfuerzos para forjar pacíficamente su revolución Bolivariana, andando un camino inédito, blandiendo la tesis del socialismo del siglo XXI, los que todavía sentimos en el cuerpo las vibraciones de la tradición y el actuar de todos los tiempos del estudiantado venezolano, suplicamos a los jóvenes que dejen de lado el conformismo y como en otras épocas sueñen con “tomar el cielo por asalto”.
Muchos de aquellos jóvenes estudiantes, hoy con la experiencia adquirida, con los errores y aciertos que se acumulan con los años, continuamos nuestra larga y tortuosa marcha hacia un proceso irreversible de transformación social sin flaquear ante las tentaciones que nos pone el capitalismo y dejando a un lado la nostalgia, les pedimos a estos nuevos muchachos que no sucumban ante el vendaval de vanidad con el que los intentará seducirlos la sociedad de consumo.
¡Feliz Día de los Estudiantes!, ¡Enhorabuena Muchachos!
miércoles, 10 de agosto de 2011
Evolución: SAIME. El Aissami. Alzheimer
I
Nombraré el pecado más no al pecador.
Ayer en la sobremesa, conversábamos animadamente un grupo de antiguos amigos -viejos camaradas-, afectos al gobierno y más que partidarios del “Régimen”, defensores de Chávez y de la todavía expectante Revolución Bolivariana. Nos entreteníamos hablando acerca de las pifias que se cometen a diario en las filas del Proceso y que dotan de armas a una oposición desenfrenada.
Nos debatíamos entre aparecer como revisionistas saliendo a denunciar los errores del gobierno o en echarle tierrita a las metidas de pata que consuetudinariamente cometen los compañeritos en labores de conducción de los diversos organismos del Estado y que todo siguiera funcionando a los empujones, epilépticamente, despertando del estado catatónico en el que se encuentran muchas instituciones sólo cuando Chávez se logra enterar de algo y reparte unos cuantos regaños mediáticos, pero sin deshacerse -el mismo- de los culpables de la ignominia.
Afortunadamente, y gracias a lo pésimos que han resultado los políticos opositores cuartorepublicanos -así como todos sus derivados-, esta cantidad de armas de destrucción de la esperanza que se les colocan gratuitamente en las manos, terminan como las granadas y otras bombas adquiridas por una tal Gardenia Martínez para proveer a nuestro Ejercito en tiempos no tan lejanos.
II
Resulta ser que uno de los comensales -el que llegó más tarde-, venía muy contento pues sin hacer tanta cola, en un operativo, había obtenido una nueva cédula de identidad, pues la suya quien sabe en qué otra cola la habría extraviado. Nos mostró satisfecho el cartón de identificación y en una inspección no tan profunda descubrimos la raíz de nuestro desagrado.
Debo confesar que me vanaglorio de ser quizás uno de los connacionales que más barato le ha salido al Estado en cuestiones de identificación, puesto que en mi ya larga vida he ostentado la reducida cifra de cuatro cédulas y dos pasaportes.
La primera vez que obtuve documentación venezolana, carajito y muy ufano esgrimía una bicha verde que me dieron, y en donde aparecían hasta las señas particulares de cada individuo tales como el color de la piel, de los ojos, del cabello o hasta algunas poco típicas como lunares o cicatrices. Con esa duré hasta bachillerato y lo sé porque en la foto de la segunda que saqué aparecía con la “chemise” beige de cuarto o quinto año. Con esa permanecí toda mi vida universitaria, soportó casamientos y divorcios, compras y ventas de inmuebles o de vehículos y al final la cambié mucho después de haber hecho hasta postgrado. Por el envés parecía una maleta de “viajero frecuente” llena de calcomanías disímiles entre las que figuraban las de DAES, CSE, CNE, etc. La más reciente la tengo desde 2004, sólo tiene por detrás pegatinas con foticos de mis hijas que ellas mismas insisten en pegar y no pienso salir de ella al menos hasta mucho después de 2014, fecha en la cual caduca este maltrecho documento.
III
Toda esta perorata llena de recuerdos (con los que estoy seguro algunos de los lectores -los más entrados en años por supuesto-, se identificarán), sólo para contarles que aún ahora, a 12 años de haberse iniciado esta era de zozobras, sobresaltos y cambios que genéricamente llamamos Revolución, todavía hoy sigue apareciendo como hecha la pendeja, medio escondida en el centro de un escudo amarillo desleído, la figura inconfundible de un caballo con tortícolis, emblema del indómito animal que en la heráldica vernácula y rompiendo con todos los criterios anatomofisiológicos a los que pudieran acudir los veterinarios para explicarnos el funcionalismo de estos esbeltos animales, insiste en mirar para atrás mientras corre hacia la derecha del usuario(a).
Desde 1834 un caballo habita en nuestro escudo. Un corcel blanco, indómito se ha paseado por nuestro estandarte de derecha a izquierda, de izquierda a derecha o mirando para atrás y ya no resulta nada sorprendente el que con los vaivenes de la política o de las ideologías el petiso insista en galopar al son que le toque bailar. En 1930 pareció quedarse quieto el intranquilo animal, pero en 2006 el bicho vuelve por sus fueros y entonces el garañón blanco muta según las pasiones del momento, destuerce el cuello, deja de mirar con añoranza hacia el pasado y emprende la carrera hacia la izquierda, lanzándose por el aire como quien se barre al llegar a primera después de dar un rolincito que llega con poca fuerza hasta los prados. En esta última metamorfosis al potro le ha dado por volar.
Resulta que, como parte de la evolución que lleva aparejada la palabra Revolución, se dejan colar una serie de cambios, algunos solamente cosméticos, otros tantos nada más que de nomenclatura y unos pocos ciertamente profundos, radicales y necesarios. Entre ellos el destino de la cabalgadura de nuestra insignia.
IV
Desde la antigua DIEX, pasamos a la ONIDEX sin avanzaren nada; los mismos retrasos, las mismas mafias, las mismas colas interminables. Se evolucionó más tarde al flamante SAIME que es de reconocer ha hecho avances en el tratamiento que se da al ciudadano. De Hugo Cabezas, saltamos a Tarek El Aissami para aterrizar en Dante Rivas. De ellos recuerdo que han sido directores de Extranjería en Venezuela durante la Revolución Bolivariana, la misma que instituyó cambios en el número de estrellas de la bandera, la misma que volteó otra vez el andar de nuestro equino blanco.
Hugo Cabezas, Tarek El Aissami, Dante Rivas, DIEX, ONIDEX, SAIME, se han vuelto la misma cosa, a ninguno de ellos y pese a la remuneración que lleva consigo el cargo, se les ha ocurrido echarle un vistazo al cartoncito en donde se imprimen a diario miles de cédulas para identificación legal de los venezolanos y, sin ánimos de volvernos principistas, nos damos cuenta que evidentemente todos los venezolanos cargamos con el estigma de ser indocumentados en nuestra propia patria. Si desde el 07 de marzo de 2006 el escudo muestra un caballo de andar zurdo, quiere decir entonces que todos los que carguen el potrillo volteado se encuentran al margen de la ley y por lo tanto somos ilegales por omisión del Estado.
El caballo a contraley sigue mirando socarrón hacia el pasado, y si uno en un ataque de suspicacia toma una lupa y acrecienta la mirada, se dará cuenta de que una sonrisa sardónica se dibuja en el rostro del cuadrúpedo y lo delata. El caballito tenido por bruto disfruta de los entuertos que estos Sancho Panzas de la política venezolana siguen cometiendo para arrecheras de los adeptos al proceso y para albricias de la oposición desmollejada.
Algunos personeros del alto gobierno como que prefieren todavía un equino con tortícolis que un caballo volador. ¿O el olvido de los mandatos que los Poderes Ejecutivo y Legislativo ordenan es parte de la evolución natural hacia en Alzheimer?
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domingo, 17 de julio de 2011
Los Ruin ruines de Bocaranda
I
“¿Hasta dónde es legítimo que las ideas personales o la subjetividad del periodista afloren en las informaciones?”, se pregunta hoy en su “Tribuna”, la defensora del lector: Milagros Pérez Oliva, entre las digresiones que al escribir la nota titulada “La subjetividad del periodista” (1), nos plantea esta dama.
Realmente, por más inocente que se lo presente, el periodismo aséptico no existe. Ninguna información -por más que se diga fundamentada exclusivamente en los hechos que ella muestra-, ¡jamás, se encuentra limitada a ellos en sí mismos!; en absoluto queda totalmente libre de salpicaduras. Por el contrario, siempre muestra las improntas ideológicas, culturales, raciales o religiosas que lleva en su mochila quien las escribe.
Los prejuicios del periodista, sus remilgos y aprensiones aparecen a cada paso por los derroteros del manuscrito.
La subjetividad del redactor deja un largo y empedrado camino entre la presentación de la noticia y la interpretación de la misma.
Y respecto a esta última aseveración el sesgo del periodista se patentiza a diario en los tabloides venezolanos.
Las parcialidades desbocadas de algunos estos “profesionales” -que no todos-, dejan en tela de juicio su tan cacareada credibilidad.
II
Ni la realidad actual venezolana posee en lo absoluto la edulcorada presencia que nos muestra el diario VEA en donde -si sus editores creyeran en eso- Campanita esparciría sus polvos mágicos al comienzo de los noticiarios y el Ratón Miguelito en compañía del Pato Donald leerían las noticias, ni tampoco Venezuela mostraría la cara ruinosa, descompuesta y nauseabunda que se empeñan en proclamar El Nacional de Miguel Enrique Otero, el Nuevo País de Rafael Poleo ni el Tal Cual de Teodoro Petkoff, sólo por citar a los más rabiosos opositores a éste proceso de cambios que nos hemos dado pacíficamente la mayoría de los Venezolanos y que por alguna razón se empeñan en seguir los demás pueblos de signo bolivariano.
¿Cómo trascender la parcialidad, cómo ir más allá de la ruindad con la que algunos personeros del medio periodístico asumen la información?, ¿Cómo dejar a un lado la subjetividad que el corazoncito envenenado -si es que aún lo tienen- de estos periodistas le imprime a las noticias?
III
Representar como noticia la realidad de la forma más objetiva, debería ser una cuestión medular dentro del periodismo. Corroborar los hechos, abstenerse de matizar la información adicionándole opiniones personales para condimentarla y hacerla más apetecible, debería ser imperativo para un fablistán.
Los lectores tenemos derecho a formarnos nuestras propias opiniones, a decidir el matiz con que se interpreta una especie, lo que deseamos en todo caso es que se nos presenten hechos comprobados, datos inequívocos.
La veracidad de las informaciones que a diario recibimos por medios impresos radioeléctricos o electrónicos cada vez está sujeta a un mayor y más agudo escrutinio por parte de los lectores gracias a tinterillos que han destruido la fe con la que el público recibía las noticias por esas vías.
IV
Forzado por el escándalo, el magnate australiano Rupert Murdoch amo y señor del conglomerado de medios de comunicación más grande del mundo, News International, ve tambalearse su imperio luego de explotar el affaire de los pinchazos telefónicos que, para obtener las primicias noticiosas, practicaban sus inescrupulosas “fuentes” entre las que se menciona hasta la muy reputada policía británica, la mismísima Scotland Yard.
Traemos todo esto a colación por la evidente demostración de falta de ética y el sesgo profesional que, en el tratamiento de la noticia, hizo hace algunas semanas apenas el inefable Nelson Bocaranda al divulgar detalles acerca de la enfermedad del Presidente. No porque esta especie fuese falsa, puesto que ya ella está harto demostrada y reconocida por el propio paciente, sino por el regodeo expresado al enterarse de la desgracia ajena.
Sin realizar muchas pesquisas, dejando a un lado la investigación seria de tan delicado asunto, en sus ansias por dar el tubazo, en su afán por ganarse el afecto de sus sediciosos empleadores, el seños Bocaranda volvió trizas el Código de Ética del Periodista. Se deleitó en el infortunio del mandatario dando detalles acerca de las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido Chávez, se estrenó como anatomopatólogo y hasta la estirpe del tumor cancerígeno describió con alborozo en sus runrunes. Inclusive se volvió pitoniso, logrando acceder al Olimpo adivinatorio en compañía de Alfonso León el ar-qui-tec-to de sueños, de Walter Mercado y de Luís Vicente León.
Evidentemente, hubo una especie de “pinchazo” artero a las propias líneas de comunicación presidencial que desató el júbilo contrarrevolucionario.
Y no es posible que una noticia tan delicada, se filtrara de una manera tan sencilla directamente al albañal opositor.
Una mano peluda y bien “aceitada” dejó en las fauces de este “periodista” información clasificada para que el aquelarre oposicionista hiciera de sus delicias con tan delicada noticia.
V
Richard Nixon en 1974 y actualmente Rebekah Brooks (segunda a bordo del emporio de Rupert Murdoch), fueron a dar con sus huesos a la chirola por demostrarse sus manejos poco éticos para obtener información privilegiada. En el caso del ex presidente norteamericano significó su dimisión, para Murdoch todavía no se ve claro lo que le depara el escándalo. En el caso del señor Bocaranda debería reflexionarse acerca de la facilidad con la cual se hizo de la infausta primicia, porque así como se coló esta pudiera circular cualquier otra de la que dependiera realmente la seguridad de la República.
VI
La creciente desconfianza en la honestidad y la profesionalidad de un importante contingente de periodistas venezolanos pareciera estar bien fundada, ello debido a los malabarismos que con las noticias y la verdad -para encaramarse en la cresta de la ola informativa-, estos realizan. El creciente protagonismo de eso que pudiéramos definir como practicantes del periodismo-espectáculo merma indefectiblemente la credibilidad que pudiera tener el pueblo en sus comunicadores.
La Dictadura Mediática impuesta por los dueños de eso que se conoce como el “Cuarto Poder” le ha hecho un severo daño al verdadero periodismo y definitivamente para lograr el rescate la confianza perdida, son los mismos comunicadores sociales, los auténticos periodistas, los que deben tirar el resto, sacudirse de ataduras, dejar a un lado las complacencias y retomar la senda de la objetividad que en estos momentos luce perdida.
(1)(http://www.elpais.com/articulo/opinion/subjetividad/periodista/elpepiopi/20110717elpepiopi_5/Tes).
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miércoles, 23 de marzo de 2011
Comunicado de ASOPRESOS
Comunicado de ASOPRESOS
ante las últimas acciones que emprendieron
los estudiantes huelguistas
ante las últimas acciones que emprendieron
los estudiantes huelguistas
Antes que ná, buenas taldes pues lo coltés no quita lo valiente. Yo pol medio de la presente quiero dirigime a toda la coletividá de mis compatriota, convives y panaderías, además de al poco’e viejas chismosas esas de allá del barrio, a mi amá (a mi papá no, porque no sé quien jué) y al señol José el de la bodeguita de la esquina que se polta burda’e fino con nosotro cuando estamo libreta y les vamos a sacá un fiao. Ese mayol es calidá.
No le doy más a la sin güeso y paso a informales que debido a las últimas vainas que están haciendo esa cuelda’e sifrinitos que se la quieren da de duros, tiraos en la cera al frente del PENUDO, nos vemos en la obligación de escribí este comunicado y mandalo pa’ la prensa. Así mismo es, ¡No nos calamos más la balurdes de esos chamos, qué va!.
Primero que nada los tipos se ponen en güelga de hambre y que pa’ sacá de la cana a esos bichitos del Simonovi, el Pireli y el Masuco que ese si es un duro ¿ves?. Ese pana si es verdá que lo tienen aparte pero jué porque nosotro le dijimo a los tombos que por el bien de los que estabanos ya detenios lo dejara a el apalte, ¡que va con ese bichito ni pa’ la esquina!, ¡Sendo landro es ese tipo!
Pues bien, esos carajitos manitos blancas jamás han dicho ni pio pa’ que nos cambien las condiciones de vida que tenemos nosotros en estos antros, ¡Qué va, se ensucian la boca si dicen la palabra preso, se rayan con las carajitas!, ¡No, ellos se meten en peos es por los “detenidos”! ¡Por esos si vale la pena salí a protestá ves!, ¡Mariquito te dije ya!
¡Pues no nos calamos más esa injusticia mi pana! Ya nos quitaron la güelga de hambre que era el reculso con la que nosotro comenzabanos el conflicto cada vez que nos cambian de penal. ¡No joda, tu sabes lo arrecho que es que lo manden a uno pa’l Dorado y la familia de uno lejos -en Mérida o en Coro-, con lo pelabola que es no tenga ni pa’ mandános manque sea un tubito de pasta’e diente!, ¿Tú sabe lo trinca que es estar en una vaina en dónde lo que te quieren es matá, entiéndase quebrate de una o date por el chiquinei antes de matate?
Y entonce la cuerda’e mamitas esas sale a echá a perdé la vaina y se ponen de bandera a estar comiendo ahí ves, encimita de’onde están los chamos disque en güelga y se dejan cachá nada más y nada menos que por el bemba floja del Mario Silva que es una tumba pero abielta caballero ¿ves?.
¡Ajá, ya echaron a perdé una vaina que era como decí, la tabla de sarvación que uno tenía, ahora quién coño nos va a pará bolas cuando nos tiremos en una colchoneta a protestá!
¿Qué estaban haciendo las mamis esas? ¡pidiéndole plata al gobierno pa’ seguí en la guachafita!, ¿Qué paja es esa de que son estudiantes, si una semana antes de cada carnaval o de cada semana santa empiezan con la mariquera de la tiraera e’piedra pa’ que le den más días de vacaciones?, ¡No joda, pónganse a trabajá y dejen de chuleasen a sus viejos!, ¡Una parranda’e tipos que se han puesto viejos sin pasá ni una materia por año y me van a vení a cortá con ese vaso’e cartón de que son “estudiantes”!, ¿Me van a vení ustedes cuerda’e sifrinos a hablá de calidá?
¡No ves!, ¿Tú sabes por qué estoy yo aquí, no joda? Y me perdonan las malas palabras pero yo soy así ¿ves?, ¡Por bajar de la mula a una chama que venía subiendo las escaleras del barrio, y eso lo hice porque no tenía con que dale real a la Yuleisi pa’ que le comprara una lechita ahí al Yacson Rafael que es el carajito mío ves, y resulta que la jeva era una tomba encubielta y me sapeó! Entonces yo pal pote, pero la cuerda’e sifrinitos esos culito pelao saquean cuanta cava de reparto le pasa por la puerta a la universidá y entonces resulta que a ellos no los encanan porque y que están defendiendo la libertá y los sacan por televisión ¿ves?
¡Qué arrechera tengo mi pana, nosotros somo unos tipos serios mano! Cuando las vainas se ponen más duras y de verdá estamos a punto de que nos quiebren y cojan la cabeza de uno pa’ jugá futbolito en el patio del penal es que nos cosemos la boca porque ¡la pinga mi pana! Y entonces vuelve esta parranda de ¿cómo fue que les dijo el tipo este… el de la changallú? ¡Ah sí, lechuguitas y maripositas!, ¡que calidá es ese tipo, lo malo es que tiene voz de vieja, pero el tipo es un vacilón!.
¡Bien hecho que el tipo ese se los descargó!, ¡es que son unas jevitas! Dicen que se van a cosé la boca y terminan poniéndose un pirsin en la jeta y que pa’ no comé, ¡No joda!, ¿quieren aprendé a pasá hambre?, ¡entonces vénganse y pasan un tiempito aquí a la sombra con nosotro!, de pana, no tienen ni que quedáse a dormí, bueno aunque si se quedan más de uno va a está contento porque ya les tienen el ojo puesto a esas nalguitas, no ven que los panas de aquí del penal recortaron las fotos de los sifrinitos con el culito pelao y las pegaron en la pared de la celda y los bichos se las bucean ¡Ajá!
¡Bue lo cierto es que si eso es coserse la boca, entonces yo soy bambi, el venaito ese que se le murió su mamá!
¡Los tipos son tan chimbos, que ta’ clarito que con esa verga pueden comé!, y los tipos ponen carita de que tan muertos de hambre… ¡No se podrán comé un cachito pero por ahí les cabe un tequeñito, una pastica, un mordisquito a un muslito’e pollo, una sopita mayi o un teterito de enchure! ¡No me jodas!
¿Ahora que vamos a hacer nosotros? Cada vez que tengamos culebra con otros bichitos de esos que nos mandan pa’ca, o que el retardo procesal nos ponga a pagar más cana de la que debemos, o cuando no nos dejen pasá a la tierna pa’ dale como es en la visita conyugal, o cuando le metan er’deo a la vieja de uno por todos los güecos porque y que trae droga encaletá, ¿Ahora qué vamos a hacé? ¿Será que ustedes cuerda de jevitas van a venir a ver por nosotros?, ¿Será que ustedes se van a acordá que nosotros también somos gente, y que por está sometidos, privados de libertá estamos en desventaja, en eso que dice mi abogado en minusvalía, ustedes cuerda’e mar… nos van a vení a defendé? ¡Nojó!
¡Deja quieto que salgamos de este güeco pa’ que tu veas… los vamos a entrompá! Pero no con las manos o con una escupe candela, no, no tengan miedo mamis. Los vamos a enfrentá metiéndonos en una de esas misiones pa estudiá que ha puesto mi Comandante y dándole duro al estudio vamos a vé quien es quien, en igualdá de condiciones, no así como hasta ahorita, que ustedes si pueden estudiá y no quieren que los demás entremos a la universidá, a menos que sea de bedeles pa’ limpiales el piso o pa’ lavale los baños. ¡No mi pana, yo no soy ingeniero porque esa universidá que ustedes defienden no me dejó aprendé, ni siquiera me dejó pasá pa'dentro!, ¿Pero tú crees que si a mí me dan unas clasecitas con lo inventor que soy yo no voy a podé echá pa’lante? ¡Nojó, si a cada rato fabrico un chopo hasta con papel periódico, si hago una granada fragmentaria con una papa, que no inventaría yo si me dejaran estudiá!
Y no me pondría a perdé tiempo defendiendo malandrerías y a malandros como hacen ustedes, ¡no señor mano!. No ve que tengo ese carajito chiquito que tengo que hacé que eche pal ante pa’ que no sea como yo. ¡Qué va’o!
Pues si señoritos hijitos de papi y mami, yo Yoldan José Pérez en nombre de la Asociación de Presos de todas las cárceles y retenes de Venezuela ASOPRESO les hago una advertencia: si siguen jugando con nuestros métodos de lucha -casi que patentados- para estar cogiendo cámara ahí mientras tiran el paro, nos vamos a arrechá y de aquí vamos a salí piraos a entrompalos y a dales una zaparrapanda pa’ que aprendan a sé unos varones de verdá.
Dios y Federación. Firmas ilegibles.
No le doy más a la sin güeso y paso a informales que debido a las últimas vainas que están haciendo esa cuelda’e sifrinitos que se la quieren da de duros, tiraos en la cera al frente del PENUDO, nos vemos en la obligación de escribí este comunicado y mandalo pa’ la prensa. Así mismo es, ¡No nos calamos más la balurdes de esos chamos, qué va!.
Primero que nada los tipos se ponen en güelga de hambre y que pa’ sacá de la cana a esos bichitos del Simonovi, el Pireli y el Masuco que ese si es un duro ¿ves?. Ese pana si es verdá que lo tienen aparte pero jué porque nosotro le dijimo a los tombos que por el bien de los que estabanos ya detenios lo dejara a el apalte, ¡que va con ese bichito ni pa’ la esquina!, ¡Sendo landro es ese tipo!
Pues bien, esos carajitos manitos blancas jamás han dicho ni pio pa’ que nos cambien las condiciones de vida que tenemos nosotros en estos antros, ¡Qué va, se ensucian la boca si dicen la palabra preso, se rayan con las carajitas!, ¡No, ellos se meten en peos es por los “detenidos”! ¡Por esos si vale la pena salí a protestá ves!, ¡Mariquito te dije ya!
¡Pues no nos calamos más esa injusticia mi pana! Ya nos quitaron la güelga de hambre que era el reculso con la que nosotro comenzabanos el conflicto cada vez que nos cambian de penal. ¡No joda, tu sabes lo arrecho que es que lo manden a uno pa’l Dorado y la familia de uno lejos -en Mérida o en Coro-, con lo pelabola que es no tenga ni pa’ mandános manque sea un tubito de pasta’e diente!, ¿Tú sabe lo trinca que es estar en una vaina en dónde lo que te quieren es matá, entiéndase quebrate de una o date por el chiquinei antes de matate?
Y entonce la cuerda’e mamitas esas sale a echá a perdé la vaina y se ponen de bandera a estar comiendo ahí ves, encimita de’onde están los chamos disque en güelga y se dejan cachá nada más y nada menos que por el bemba floja del Mario Silva que es una tumba pero abielta caballero ¿ves?.
¡Ajá, ya echaron a perdé una vaina que era como decí, la tabla de sarvación que uno tenía, ahora quién coño nos va a pará bolas cuando nos tiremos en una colchoneta a protestá!
¿Qué estaban haciendo las mamis esas? ¡pidiéndole plata al gobierno pa’ seguí en la guachafita!, ¿Qué paja es esa de que son estudiantes, si una semana antes de cada carnaval o de cada semana santa empiezan con la mariquera de la tiraera e’piedra pa’ que le den más días de vacaciones?, ¡No joda, pónganse a trabajá y dejen de chuleasen a sus viejos!, ¡Una parranda’e tipos que se han puesto viejos sin pasá ni una materia por año y me van a vení a cortá con ese vaso’e cartón de que son “estudiantes”!, ¿Me van a vení ustedes cuerda’e sifrinos a hablá de calidá?
¡No ves!, ¿Tú sabes por qué estoy yo aquí, no joda? Y me perdonan las malas palabras pero yo soy así ¿ves?, ¡Por bajar de la mula a una chama que venía subiendo las escaleras del barrio, y eso lo hice porque no tenía con que dale real a la Yuleisi pa’ que le comprara una lechita ahí al Yacson Rafael que es el carajito mío ves, y resulta que la jeva era una tomba encubielta y me sapeó! Entonces yo pal pote, pero la cuerda’e sifrinitos esos culito pelao saquean cuanta cava de reparto le pasa por la puerta a la universidá y entonces resulta que a ellos no los encanan porque y que están defendiendo la libertá y los sacan por televisión ¿ves?
¡Qué arrechera tengo mi pana, nosotros somo unos tipos serios mano! Cuando las vainas se ponen más duras y de verdá estamos a punto de que nos quiebren y cojan la cabeza de uno pa’ jugá futbolito en el patio del penal es que nos cosemos la boca porque ¡la pinga mi pana! Y entonces vuelve esta parranda de ¿cómo fue que les dijo el tipo este… el de la changallú? ¡Ah sí, lechuguitas y maripositas!, ¡que calidá es ese tipo, lo malo es que tiene voz de vieja, pero el tipo es un vacilón!.
¡Bien hecho que el tipo ese se los descargó!, ¡es que son unas jevitas! Dicen que se van a cosé la boca y terminan poniéndose un pirsin en la jeta y que pa’ no comé, ¡No joda!, ¿quieren aprendé a pasá hambre?, ¡entonces vénganse y pasan un tiempito aquí a la sombra con nosotro!, de pana, no tienen ni que quedáse a dormí, bueno aunque si se quedan más de uno va a está contento porque ya les tienen el ojo puesto a esas nalguitas, no ven que los panas de aquí del penal recortaron las fotos de los sifrinitos con el culito pelao y las pegaron en la pared de la celda y los bichos se las bucean ¡Ajá!
¡Bue lo cierto es que si eso es coserse la boca, entonces yo soy bambi, el venaito ese que se le murió su mamá!
¡Los tipos son tan chimbos, que ta’ clarito que con esa verga pueden comé!, y los tipos ponen carita de que tan muertos de hambre… ¡No se podrán comé un cachito pero por ahí les cabe un tequeñito, una pastica, un mordisquito a un muslito’e pollo, una sopita mayi o un teterito de enchure! ¡No me jodas!
¿Ahora que vamos a hacer nosotros? Cada vez que tengamos culebra con otros bichitos de esos que nos mandan pa’ca, o que el retardo procesal nos ponga a pagar más cana de la que debemos, o cuando no nos dejen pasá a la tierna pa’ dale como es en la visita conyugal, o cuando le metan er’deo a la vieja de uno por todos los güecos porque y que trae droga encaletá, ¿Ahora qué vamos a hacé? ¿Será que ustedes cuerda de jevitas van a venir a ver por nosotros?, ¿Será que ustedes se van a acordá que nosotros también somos gente, y que por está sometidos, privados de libertá estamos en desventaja, en eso que dice mi abogado en minusvalía, ustedes cuerda’e mar… nos van a vení a defendé? ¡Nojó!
¡Deja quieto que salgamos de este güeco pa’ que tu veas… los vamos a entrompá! Pero no con las manos o con una escupe candela, no, no tengan miedo mamis. Los vamos a enfrentá metiéndonos en una de esas misiones pa estudiá que ha puesto mi Comandante y dándole duro al estudio vamos a vé quien es quien, en igualdá de condiciones, no así como hasta ahorita, que ustedes si pueden estudiá y no quieren que los demás entremos a la universidá, a menos que sea de bedeles pa’ limpiales el piso o pa’ lavale los baños. ¡No mi pana, yo no soy ingeniero porque esa universidá que ustedes defienden no me dejó aprendé, ni siquiera me dejó pasá pa'dentro!, ¿Pero tú crees que si a mí me dan unas clasecitas con lo inventor que soy yo no voy a podé echá pa’lante? ¡Nojó, si a cada rato fabrico un chopo hasta con papel periódico, si hago una granada fragmentaria con una papa, que no inventaría yo si me dejaran estudiá!
Y no me pondría a perdé tiempo defendiendo malandrerías y a malandros como hacen ustedes, ¡no señor mano!. No ve que tengo ese carajito chiquito que tengo que hacé que eche pal ante pa’ que no sea como yo. ¡Qué va’o!
Pues si señoritos hijitos de papi y mami, yo Yoldan José Pérez en nombre de la Asociación de Presos de todas las cárceles y retenes de Venezuela ASOPRESO les hago una advertencia: si siguen jugando con nuestros métodos de lucha -casi que patentados- para estar cogiendo cámara ahí mientras tiran el paro, nos vamos a arrechá y de aquí vamos a salí piraos a entrompalos y a dales una zaparrapanda pa’ que aprendan a sé unos varones de verdá.
Dios y Federación. Firmas ilegibles.
domingo, 20 de marzo de 2011
Este Régimen nos tiene a Régimen
“En verdad nos la estamos comiendo.
Con esta huelga de hambre afirmamos el hecho de que, a este Régimen, no le aceptamos más migajas.
Ni que la luna fuera pan de horno para seguir tragándonos el cuento de que la anoréxica mesada que ganan nuestros profesores universitarios se acerca a la “dieta” que devengan los flamantes Diputados de la Asamblea Nacional. Las becas estudiantiles son un potingue, un caramelo que se le da a un niño para contentarlo. Por eso estamos en “pié” de lucha, ácidos como de limón.
Somos más peligrosos que un tetero piche. Tenemos hambre de justicia, por eso nos acostamos ante las puertas del PNUD y alzamos nuestros brazos gitanos, venezolanos, del mundo, en señal de protesta.
Nuestras manos enharinadas muestran la blancura de nuestras ideas y con nuestros deditos de mozzarella señalamos al Autócrata de Miraflores que nos pretende callar con un bozal de arepas.
Es cierto, Chávez nos cae gordo y es por eso que ya le clavamos el colmillo. El Gobierno con esta protesta entra en un ayuno de credibilidad ante la Comunidad Internacional. Ese Chávez de ahora en adelante será un convidado de piedra.
La crema y nata de la Sociedad Civil nos está apoyando, y aquí está presente el lomito de la dirigencia estudiantil, los mejores sesos al servicio de una causa noble.
Nosotros los estudiantes Manitos Blancas vamos a ser el condimento, el ingrediente secreto del aderezo que prepara el chef Ramos Allup para guisar a los integrantes de la Mesa de la Unidad. Esta vez no vamos a quedar como hallaca en Semana Santa.
Embriagados por el poder los viejitos de la Mesa, se engolosinan pensando en el 2012. No hay que chuparse los dedos, no se engañen, ya nosotros vimos y recordamos como cocinaron ustedes sus planchas para la Asamblea Nacional y nos dejaron a nosotros muertos de hambre.
Ahora, le vamos a sacar el jugo al Presidente, mientras vamos adobando a los patriarcas de la Unidad que esta vez serán el postre.
No se engañen, nuestra adicción a los cachitos puede ser superada. Vamos a llegar a las elecciones con candidatos nuestros bien marinados.
Las luchas de calle que hemos planteado son el bastimento que cargamos para nuestra proyección televisiva. Se está poniendo el caldo espeso.
Al llegar a Miraflores haremos un festín con las direcciones, un banquete con los ministerios, una orgía con las embajadas. Nos daremos una embuchada con los cargos mientras dejaremos a la vieja guardia y al chavismo muriendo de hambre.
Continuamos cocinando a fuego lento a todo el que quiera utilizarnos. Ahora el pimentón que estará presente en todos los estofados será el que nosotros cosechamos.
Es tan acertada nuestra estrategia que para estar más cerca del pueblo no nos identificamos con el croissant que es nuestro favorito, sino con ese bollo marginal que es el cachito. Pero a veces pecamos y cruzamos a la acera de en frente para degustar una hamburguesa en nuestro amado Burguer King.
Al llegar al poder como el tequeño Carmona, cambiaremos el escudo nacional por los Arcos Dorados, el Gloria al Bravo Pueblo lo vamos a sustituir por la canción “Cachito Cachito” pero en la versión de Nat King Cole que tiene ese fascinante acento gringo y físicamente se parece a Obama, ¡eso nos gratina!. El ave nacional ya no será el turpial si no el plumífero azul de twitter. También tenemos que planear algo para el pabellón… será cambiarlo por el pavo de Acción de Gracias. Y la torta Bejarana la supliremos por el pié de manzana.
No más pisar Miraflores nombraremos asesores a Ronald Mc Donald en el Ministerio de Alimentación, a Wendy en el de la Infancia y al Coronel Sanders en el Ministerio de la Defensa. En el Ministerio de Agricultura a John Deere y en el de Salud a Charles Pfizer, a Lilly o a Abbott. En el de Energía y Petróleo a alguien de la Shell de la Exxon o de Chevrón, y en el de Economía a un representante de ING o no, propongamos de una vez a Botín, mejor representante de la Banca no podremos encontrar.
¡Ya basta de arroz a la cubana, de ensalada rusa, del escabeche de Evo y de fumarnos una lumpia!, ¡Antes de caer en la inanición por regalarle el petróleo a los compinches tercermundistas del Autócrata de Miraflores, preferimos indigestarnos con Mac Donald’s!.
¿Que nos vieron comiendo cachitos?, ¡Pues mala leche! Peores vainas hacía Lusinchi y lo perdonaron. A Carlos Andrés Pérez le cantaron su papita, maní, tostón y vean cómo lo terminaron llorando. Nuestras acciones van a traer “cola”… ¡y de la negra!
Ya hay mucho chavista salivando comenzando por el Mario Silva y por su secuaz Jorge Amorín. Pero a ellos nos los vamos a comer vivos, nos los vamos a echar en caldo de ñame, los vamos a reemplazar por Bat Man y Robin… ¿escuchaste Joven Maravilla?
Hemos emprendido esta huelga de hambre no porque suframos de anorexia mental como se ha dicho. Embriagados por la televisión y su brillo, decidimos afilar nuestros dientes y ante la nutrida concurrencia que nos sigue desde la comodidad de sus casas, expondremos la sustancia de nuestras ideas. Estas se mueven como si fueran de gelatina pero es más por las secuelas del terremoto de Japón que por la inconsistencia de las mismas.
¿Para qué sirve tanto estudiar?, ¿De qué nos ha valido permanecer por décadas en la universidad, chuleando a nuestros padres y al Estado, si para ganar buen dinero y para ser famosos y postulables a algún cargo lo que teníamos que hacer era rostizarnos bajo el brillo de las luces, tirados en una pringue colchoneta recibiendo masajes en las nalguitas para que no nos vaya a dar pañalitis mientras las cámaras que nos aman nos convierten en el manjar de los televidentes?
¡Nadie podrá arruinar nuestra pijamada! La envidia de las hordas estudiantiles chavistas nos quiere convertir en el bocadillo del gobierno pero no, no podrán perjudicar nuestro picnic.
Carita de sufrimiento de día con el tapaboca puesto por si acaso se nos quedó algo de la cena entre los dientes y en la noche como hemos hecho todas las noche en toooodas las huelgas de hambre en las que hemos participado, nos metemos una buena papa y a descansar por que mañana volverá a aparecer Globovisión y le tenemos hambre a Carla Angola, ¡Grrrrrrr!.
En todo caso coleguitas esto es un jamón: ¡Buen Provecho!”
viernes, 21 de enero de 2011
Prefacio del poemario HAIZOO
A propósito del Haizoo
El Haiku es una de las más importantes formas de expresión poética japonesa, consiste en la conformación de versos de 17 sílabas distribuidas en tres unidades métricas de 5, 7 y 5 sonidos silábicos, respectivamente. En su brevedad expresiva el haiku es enteramente imagen, es la palabra haciéndose forma, un núcleo mínimo de poesía que, desposeído de toda accidentalidad, de todo lo retórico, de toda circunstancia histórica, de toda verbosidad e incluso de todo sentimiento, nos permite aislar el alma de la poesía convirtiéndola en una realidad espiritual, es decir el haiku es, sensación al desnudo.
El antepasado más antiguo del haiku del cual se tienen noticias es un poema breve denominado Katauta, verso de entre 19 y 17 sílabas cuya pauta de 5,7,7 ó 5,7,5 sílabas prefiguró lo que sería el patrón del haiku. A aquel le siguió el Mondoo, poema resultante de la unión de dos katauta, en donde la primera estrofa configuraba una pregunta mientras que la segunda constituía la respuesta del precedente.
Para el siglo VIII DC., aparecen tres tipos de versos dotados todos ellos del ya determinado juego de sílabas, ellos eran el Chooka, el Sedooka y el Tanka. Este último se convirtió en la forma poética dominante en Japón, mientras las demás entraron en decadencia. Debido a la popularidad alcanzada por el tanka hoy también se le conoce como Waka, término que literalmente se traduce como canción japonesa.
Del tanka nació el Renga vocablo que significa canción encadenada y el espíritu festivo del pueblo japonés se apoderó de él. Los enlaces de las estrofas se realizaban entre el Hooku (verso de arriba, de 5, 7 y 5 sílabas) y Geku (verso de abajo, de sólo 7 y 7 sílabas). Es decir, el hooku es entonces el primer verso, el eslabón de arranque de una larga cadena de versos conocida por el nombre de Haikai no renga o simplemente Haikai.
Haikai significa humor y de estas largas cadenas de versos que tenían mucho de juegos de ingenio, escritos en un lenguaje directo, chispeante, desenfadado y muchas veces colocado al borde de la vulgaridad, generalmente sólo se podían rescatar los tres primeros versos, porque eran los más fáciles de recordar y en la mayoría de los casos, los mejor logrados en cuanto a calidad literaria. Yamasaki Sôkan (1465-1553) y Arakida Moritake (1473-1549) lo popularizaron dándole a su vez cierto grado de refinamiento. Pero fue Matsuo Bashô (1644-1694) quien logró imprimir la dignidad y la profundidad necesarias al hooku como para pensar en su independencia.
Gradualmente el hooku fue tomando un estilo y un carácter totalmente independientes y particulares. Debido en gran parte a los esfuerzos de Masaoka Shiki (1867-1902), esta independencia fue formalmente reconocida en la década de los 90 del siglo XIX con la creación e introducción del término haiku.
Surge entonces, el haiku como un nuevo tipo de verso que, aunque similar al hooku tradicional en sus medidas, es concebido, escrito, leído y entendido como un poema independiente, completo en sí mismo, y no como un elemento más de una larga sucesión de versos. La utilización indiscriminada de los términos hooku, haikai y haiku como si ellos fueran sinónimos por parte de traductores, estudiantes, lectores e incluso por los mismos poetas dedicados al género, ha hecho que surja un gran enredo que, esperamos con este brevísimo recuento contribuir a subsanar.
Es entonces que, gracias a Shiki, desde las postrimerías del siglo XIX, a la composición de 17 sílabas dividida en tres líneas de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente se le denomina haiku y de allí ha surgido toda una gama de tendencias y variantes que se apegan o se alejan de los cánones tradicionales.
Introducido en Europa en los albores del siglo XX por poetas franceses (Paúl Louis Conchoud), ingleses (B. H. Chamberlain) y españoles (Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Juan José Domenchina, etc.), llegó a América en las alforjas de los Modernistas (Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo Lugones, etc.) y a Venezuela muy tempranamente de la mano de José Juan Tablada (1871-1945), quien siendo el segundo secretario del servicio diplomático mexicano, arribó a Caracas en 1916 integrándose de inmediato a las tertulias literarias que sostenían los miembros de la llamada Generación del 18, entre los que se contaban Fernando Paz Castillo y Enrique Planchart. En 1919, Tablada publicó entre nosotros su famoso poemario Un día (Caracas, Imprenta Bolívar). El haiku tuvo una entusiasta acogida entre los integrantes de la vanguardia ilustrada venezolana y así lo notamos presente en la obra de Fernando Paz Castillo, Ángel Miguel Quemeral, Luís Barrios Cruz, Héctor Cuenca y Gustavo Pereira (este último denominó a los suyos Somaris). Más adelante encontramos al haiku presente en la obra de Jean Aristeguieta, Víctor Manuel Crespo, Carlos y Oceanía Oráa, Wafi Salih, Vicente Di Marzo, Raíza Andrade y recientemente en los experimentos literarios que nos han dado a leer Valmore Gómez, Hermes Vargas, Don Rodrigo Andrade, Otoniel Contreras y la poetiza merideña Karelyn Buenaño.
En 1987 aparece como parte de la Colección Paisano, un opúsculo del poeta barinés Adelis León Guevara intitulado Zoonetos. En ese poemario coeditado por la Asociación de Profesores de la Universidad de Los Andes (APULA) en conjunto con la Facultad de Humanidades y Educación y el Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” y la propia Universidad de Los Andes, el poeta Adelis León Guevara le otorga la invención del término zooneto al crítico literario venezolano Alberto Rodríguez Carucci quien le sugirió que llamara de esa forma a dicho texto compuesto por 10 sonetos, en donde más que describir, ensalza desde nobles compañeros del hombre como el caballo y el perro hasta misteriosos e incomprendidos seres como la serpiente y la araña, enalteciendo a su paso al estigmatizado sapo y al vilipendiado cochino, hasta culminar ubicando en su lugar, junto a los otros integrantes del reino animal, al engreído ser humano.
Si bien es cierto que dentro de la genealogía del soneto encontramos como raíz primigenia al Estrambote siciliano que dio origen al soneto, que a su vez engendró en la prodigiosa imaginación de Adelis León Guevara a aquel, permítaseme acuñar el término Haizoo a quien su ancestro directo el haiku, legará su abolengo dándole raigambre al vocablo recién patentado.
Retomando la senda del vate de Ciudad de Nutrias (o de su amigo Alberto el crítico literario), estrenamos con este texto el historial de una palabra, de un concepto que, prolonga la evolución del haiku y que nos servirá para acariciar las imágenes de diversos animales que atravesaron, vivieron o que habitan en nuestras mentes.
Enjaulados en esta prisión de tres barrotes, dejamos entonces el bestiario siempre inconcluso que cobija “relatos, descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos” confinados tras 17 sílabas, con la que los lectores -al franquear por estas páginas- tropezarán, identificarán y quizás mientras los sueñan liberarán por instantes de su solitario y aburrido cautiverio.
El Haiku es una de las más importantes formas de expresión poética japonesa, consiste en la conformación de versos de 17 sílabas distribuidas en tres unidades métricas de 5, 7 y 5 sonidos silábicos, respectivamente. En su brevedad expresiva el haiku es enteramente imagen, es la palabra haciéndose forma, un núcleo mínimo de poesía que, desposeído de toda accidentalidad, de todo lo retórico, de toda circunstancia histórica, de toda verbosidad e incluso de todo sentimiento, nos permite aislar el alma de la poesía convirtiéndola en una realidad espiritual, es decir el haiku es, sensación al desnudo.
El antepasado más antiguo del haiku del cual se tienen noticias es un poema breve denominado Katauta, verso de entre 19 y 17 sílabas cuya pauta de 5,7,7 ó 5,7,5 sílabas prefiguró lo que sería el patrón del haiku. A aquel le siguió el Mondoo, poema resultante de la unión de dos katauta, en donde la primera estrofa configuraba una pregunta mientras que la segunda constituía la respuesta del precedente.
Para el siglo VIII DC., aparecen tres tipos de versos dotados todos ellos del ya determinado juego de sílabas, ellos eran el Chooka, el Sedooka y el Tanka. Este último se convirtió en la forma poética dominante en Japón, mientras las demás entraron en decadencia. Debido a la popularidad alcanzada por el tanka hoy también se le conoce como Waka, término que literalmente se traduce como canción japonesa.
Del tanka nació el Renga vocablo que significa canción encadenada y el espíritu festivo del pueblo japonés se apoderó de él. Los enlaces de las estrofas se realizaban entre el Hooku (verso de arriba, de 5, 7 y 5 sílabas) y Geku (verso de abajo, de sólo 7 y 7 sílabas). Es decir, el hooku es entonces el primer verso, el eslabón de arranque de una larga cadena de versos conocida por el nombre de Haikai no renga o simplemente Haikai.
Haikai significa humor y de estas largas cadenas de versos que tenían mucho de juegos de ingenio, escritos en un lenguaje directo, chispeante, desenfadado y muchas veces colocado al borde de la vulgaridad, generalmente sólo se podían rescatar los tres primeros versos, porque eran los más fáciles de recordar y en la mayoría de los casos, los mejor logrados en cuanto a calidad literaria. Yamasaki Sôkan (1465-1553) y Arakida Moritake (1473-1549) lo popularizaron dándole a su vez cierto grado de refinamiento. Pero fue Matsuo Bashô (1644-1694) quien logró imprimir la dignidad y la profundidad necesarias al hooku como para pensar en su independencia.
Gradualmente el hooku fue tomando un estilo y un carácter totalmente independientes y particulares. Debido en gran parte a los esfuerzos de Masaoka Shiki (1867-1902), esta independencia fue formalmente reconocida en la década de los 90 del siglo XIX con la creación e introducción del término haiku.
Surge entonces, el haiku como un nuevo tipo de verso que, aunque similar al hooku tradicional en sus medidas, es concebido, escrito, leído y entendido como un poema independiente, completo en sí mismo, y no como un elemento más de una larga sucesión de versos. La utilización indiscriminada de los términos hooku, haikai y haiku como si ellos fueran sinónimos por parte de traductores, estudiantes, lectores e incluso por los mismos poetas dedicados al género, ha hecho que surja un gran enredo que, esperamos con este brevísimo recuento contribuir a subsanar.
Es entonces que, gracias a Shiki, desde las postrimerías del siglo XIX, a la composición de 17 sílabas dividida en tres líneas de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente se le denomina haiku y de allí ha surgido toda una gama de tendencias y variantes que se apegan o se alejan de los cánones tradicionales.
Introducido en Europa en los albores del siglo XX por poetas franceses (Paúl Louis Conchoud), ingleses (B. H. Chamberlain) y españoles (Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Juan José Domenchina, etc.), llegó a América en las alforjas de los Modernistas (Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo Lugones, etc.) y a Venezuela muy tempranamente de la mano de José Juan Tablada (1871-1945), quien siendo el segundo secretario del servicio diplomático mexicano, arribó a Caracas en 1916 integrándose de inmediato a las tertulias literarias que sostenían los miembros de la llamada Generación del 18, entre los que se contaban Fernando Paz Castillo y Enrique Planchart. En 1919, Tablada publicó entre nosotros su famoso poemario Un día (Caracas, Imprenta Bolívar). El haiku tuvo una entusiasta acogida entre los integrantes de la vanguardia ilustrada venezolana y así lo notamos presente en la obra de Fernando Paz Castillo, Ángel Miguel Quemeral, Luís Barrios Cruz, Héctor Cuenca y Gustavo Pereira (este último denominó a los suyos Somaris). Más adelante encontramos al haiku presente en la obra de Jean Aristeguieta, Víctor Manuel Crespo, Carlos y Oceanía Oráa, Wafi Salih, Vicente Di Marzo, Raíza Andrade y recientemente en los experimentos literarios que nos han dado a leer Valmore Gómez, Hermes Vargas, Don Rodrigo Andrade, Otoniel Contreras y la poetiza merideña Karelyn Buenaño.
En 1987 aparece como parte de la Colección Paisano, un opúsculo del poeta barinés Adelis León Guevara intitulado Zoonetos. En ese poemario coeditado por la Asociación de Profesores de la Universidad de Los Andes (APULA) en conjunto con la Facultad de Humanidades y Educación y el Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” y la propia Universidad de Los Andes, el poeta Adelis León Guevara le otorga la invención del término zooneto al crítico literario venezolano Alberto Rodríguez Carucci quien le sugirió que llamara de esa forma a dicho texto compuesto por 10 sonetos, en donde más que describir, ensalza desde nobles compañeros del hombre como el caballo y el perro hasta misteriosos e incomprendidos seres como la serpiente y la araña, enalteciendo a su paso al estigmatizado sapo y al vilipendiado cochino, hasta culminar ubicando en su lugar, junto a los otros integrantes del reino animal, al engreído ser humano.
Si bien es cierto que dentro de la genealogía del soneto encontramos como raíz primigenia al Estrambote siciliano que dio origen al soneto, que a su vez engendró en la prodigiosa imaginación de Adelis León Guevara a aquel, permítaseme acuñar el término Haizoo a quien su ancestro directo el haiku, legará su abolengo dándole raigambre al vocablo recién patentado.
Retomando la senda del vate de Ciudad de Nutrias (o de su amigo Alberto el crítico literario), estrenamos con este texto el historial de una palabra, de un concepto que, prolonga la evolución del haiku y que nos servirá para acariciar las imágenes de diversos animales que atravesaron, vivieron o que habitan en nuestras mentes.
Enjaulados en esta prisión de tres barrotes, dejamos entonces el bestiario siempre inconcluso que cobija “relatos, descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos” confinados tras 17 sílabas, con la que los lectores -al franquear por estas páginas- tropezarán, identificarán y quizás mientras los sueñan liberarán por instantes de su solitario y aburrido cautiverio.
miércoles, 5 de enero de 2011
¡Pido la palabra!
-“Sujetos al nuevo Reglamento Interior y de Debates, tiene la palabra ciudadano.”
-“Ciudadanos, ciudadanas, camaradas y escuálidos, diputados y diputadas, representantes de las etnias indígenas, de los negros, de los mestizos, de los blancos de orilla y de los blancos peninsulares, de los gays y de las gueisas, admiradores de Fidel Castro o del Ratón Miguelito, procomunistas y proyankees, Compatriotas todos.
He solicitado este derecho de palabra porque rotundamente me niego a seguir funcionando así. Me niego “colegas” diputados -y junto conmigo seguramente una buena porción de los venezolanos mayores de edad y que en las últimas elecciones ejercieron su derecho al voto- a seguir cancelando con mis impuestos, con la parte que me corresponde de la renta pública -ganancia que bien orientada por cierto, podría servir para que estuviéramos disfrutando actualmente de una envidiable calidad de vida-, el sueldo de esta caterva de gandules y zánganos.
Desde que se inauguró la televisora de la Asamblea Nacional, he venido sosteniendo que esos son los reales mejor gastados que este u otro gobierno haya podido desembolsar, sin embargo jamás pensé que su rendimiento alcanzaría los niveles de eficiencia que en esta mismísima primera sesión de este cuerpo legislativo, con motivo de la escogencia de su junta directiva para el nuevo período, haya alcanzado nuestra televisora parlamentaria.
Antes de este día, se esgrimía que no importaba lo que se propusiera en este recinto, pues al ser esta una corporación monótona por aburrida y por uniformada, sus antecesores como focas y focos iban a aplaudir y a levantar las aletas, perdón iban a elevar sus manos en signo de aprobación ante cualquier cosa por absurda que se les planteara. Hoy ya ese no será argumento.
Debido a la polarización de nuestro pueblo señoras y señores, ustedes, han podido llegar hasta este salón con los votos de convencidos y confundidos, de conversos y de débiles de criterio, de oportunistas y de desencantados, de abducidos y de engañados, de probados revolucionarios o de gente simplemente tan arrecha con el gobierno que, por odio visceral es capaz de apretar el gatillo contra quien utiliza de rehén a uno de sus propios familiares, aunque se corra el riesgo de llevarse en los cachos camino al otro mundo a su padre a su hermano o a alguno de sus propios hijos circunstancialmente en el papel de escudo humano. Unos y otros les deben sus respectivos sueldos al pueblo de Venezuela.
Pero retomando la senda original del discurso les digo que, desde el mismo momento en que las cámaras de ANTV nos han permitido a todos escudriñar lo que hacen las damas y caballeros representantes del pueblo, me he dado cuenta de que realmente hemos estado dilapidando nuestro dinero al pagarles sus sueldos dietas o como se les llame, para que ustedes sin importarles un comino, sin interesarles para nada el ridículo comunicacional que están dando, se dedicaran mientras intervenían sus honorables colegas diputados a mandar como impúberes mensajitos de texto, mientras se cagaban de la risa ante las reminiscencias y disquisiciones de nuestro ahora Presidente del Hemiciclo Fernando Soto Rojas recién estrenado en el cargo. Mientras tú María Corina chismeabas con ese ilustre desconocido que te acompaña ahora en la bancada opositora, Marquina miraba insistente para el techo con cara de ladillado. Tan deplorable era el espectáculo que el jamás bien ponderado William Dávila por primera vez lucía concentrado en las palabras pronunciadas por los que intervinieron, anuqué conociéndolo como lo conocemos, todavía cabe la posibilidad de que hubiera estado pensando en la redondez del rabo de alguna de las carajitas que merodean -más por moda que por ideología- las reuniones y los eventos de bailoterapia que convoca epilépticamente la autodenominada mesa de la unidad.
No nos calamos los venezolanos más torpezas de la estirpe de las que hoy nos enseñaron. ¿Para qué insisten en el discurso de que son mayoría si ya todo el que se haya querido enterar sabe exactamente por qué se constituye como quedó la Asamblea Nacional? Simplemente 98 no es más que 65, sin entrar a considerar que este último dígito no constituye realmente un solo bloque, sino que se encuentran unidos con la endeble cinta adhesiva de la conveniencia política.
No queremos escuchar otra vez que se mencione en este recinto el nombre de Alias Mazuco porque ustedes bien lo saben, no estuvo hoy aquí en esta sala porque él es un criminal, el está detenido no por emitir opiniones políticas, no por planificar la toma de un cuartel o por haberse echado al monte, está preso acusado de asesinato.
Marquina pidió a gritos la presencia de uno de los suyos en la composición de la directiva asambleísta pero propuso a Mazuco para una de las vicepresidencias y se la puso bombita a quienes con un gran mazo rojo se la querían batear. Claro que eso no es ninguna inocentada de su parte. Desde el mismo momento en que propusieron a todos los delincuentes políticos que incluyeron en su line up, los adecos estaban pensando en la jugada de doble play, por un lado conquistaban los votos emocionales de un sector opositor desideologizado y por otro disfrazaban la presencia de accióndemocratistas en todos los puestos de suplentes y de esta forma juegan a ganar ganar… pero ellos.
Hoy pudieron haberse lucido con una sola intervención concisa pero elocuente, pudieron entregar la dirección del parlamento a los que iban a demoler su absurda propuesta con el poder que otorga la mayoría y solicitar que en vez de perder el tiempo en discusiones estériles, se comenzara de inmediato a confeccionar las diversas comisiones que resultan ser el verdadero engranaje del parlamento y en las que realmente vale la pena figurar.
Entre ustedes hay una persona que cuando todavía éramos estudiantes y fungíamos de dirigentes universitarios -unos cuantos de ustedes saben muy bien de quién hablo-, al bajarse del podio del auditorio de la facultad de medicina se acercaba hasta donde estábamos colocados y nos preguntaba acerca de su discurso: “¿Esta vez cómo lo hice?, ¡Del carajo verdad!”. Pues acerca de ese ciudadano les digo compatriotas que creo que lleva con éste tres periodos sentado en esas mismas sillas que hoy ustedes se empeñan en empollar, sin que yo por ninguna causa lo haya escuchado opinando.
Les reitero, ni uno como ese de los nuestros y ni de verga ninguno de los de vosotros me agrada para que me representen, pero fue la voluntad del pueblo que ustedes estuvieran allí arrellanados juiciocitos reposados y reflexivos…”.
No sé si esto fue un sueño de esos de los que sólo el sopor de la tarde engendra o de verdad estuve como invitado a esta primera sesión de la Asamblea Nacional, pero lo cierto es que si la cosa sucedió en estos términos nos espera una larga temporada circense hasta que los diputados de uno y otro bando realmente se ajusten a las normas que rigen los tiempos que corren y asuman sus responsabilidades.
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