domingo, 30 de diciembre de 2012

Navidad Vernácula


¡Los mayas resultaron ser unos grandísimos hijos de p… majaderos!
Con el cuento ese de que el mundo se iba a acabar me metieron en peos con mi mujer, con mi última exmujer, con mi primera exmujer, con la suegra -¡con la actual, las anteriores me adoran!- con mis hijos, con los vecinos, con mis padres…

Aprovechando lo inminente del fin del mundo me volví loco, derrochador y sincero.

Como se advirtió con tiempo suficiente la fecha de vencimiento de este mundo, aproveché para darle durísimo a las tarjetas de crédito y las utilicé hasta borrarles la palomita del holograma. Las cosas más inútiles, los objetos deseados en silencio, los lugares hasta donde no había llegado fueron los objetivos de mi repentina desinhibición financiera.

Entré a los restaurantes pospuestos y ordené los platillos soñados. Los acompañé con los caldos más exquisitos y los compartí con las mujeres más deseadas.

A mi mujer le dije los últimos de noviembre que me iba de mi casa y a mis ex esposas a final del mes ¡que le pidieran más real al c…. de su madre!

A mis hijos les espeté que eran unos buenos para nada. Al mayor le señalé que su música era una mierda, que el reguetón no era ni música ni nada… al del medio que siguiera yendo al gimnasio que a falta de cerebro bueno eran unos bíceps puyados. Y a mi hija -pobrecita mi niña-, le saqué en cara que la virginidad peor perdida de la historia había sido la suya al entregársela al mechudo sin futuro del novio que se había buscado.

A mi suegra le dije que era una gorda chismosa bigotuda horrible y a mi mamá que sus hallacas eran un asco. A mi papá le mencioné que era un tacaño y a mi hermano que se olvidara, que no le iba a pagar unos reales que me había prestado.

Cuando bajaba con mi maleta desde el piso en que vivimos entró en el ascensor la mujer del condominio a quien sin escatimar adjetivos le mencioné lo escuálida que era, le grité: ¡Qué viva Chávez carajo!, además de hacerle un resumen entre piso y piso de su patética actuación en el cargo.

Me metí en peos con las señoras de los consejos comunales que conversaban amenamente en la entrada del edificio, a las que les reclamé a todo gañote lo corrupta que era la administración que ellas llevaban de los recursos aportados por el estado y de pasapalo con la arrechera que agarré al llegar a la esquina le tumbé la moto de un pataón a un tupamaro.

Le mandé una carta al director del colegio de los muchachos en donde gráficamente y con ayuda de fotoshop le agregué una foto carnet suya al lado de la definición de pusilánime.

Y al dueño del consorcio para el que trabajaba lo acusé -en plena reunión de junta directiva- de recién vestido y le recordé con lujo de detalles (pues llevo las cuentas de las empresas de su propiedad desde hace años), sus orígenes de pata en el suelo que comprando funcionarios del gobierno había amasado la fortuna que hoy exhibe.

Llegó el 21 de diciembre y como es evidente para quien lee esto, no pasó nada de nada. Tuve que pedir perdón a cuantos pude y por supuesto endeudado, limpio y desempleado le supliqué asilo a mi mujer que, aunque sigue siendo mi esposa al igual que mis tres muchachos, no me habla.

Pude vender casi regaladas unas cuantas de las cosas que en mi locura había comprado y con esos realitos adquirí los ingredientes para las hallacas.

En una hoja prensada con un imán en la puerta de la nevera ya que en casa nadie me dirige la palabra, dejé esta nota que hoy les muestro como legado de mi locura y para que no crean en más vainas de esas que escribieron los mayas:

            “Yo sé que va a ser difícil que olviden todas las cosas que les dije pero quiero que sepan de mi inocencia, que todo esto fue culpa de los mayas.

El yate que compré ya lo embargaron y aunque ustedes ni lo vieron, la casa está a punto de perderse hipotecada por culpa de esa vaina, entraremos a 2013 encabezando la lista de los desahucios venezolanos. Los diamantes que regalé a unas cuantas amiguitas ni el CICPC ha logrado recuperarlos pero los tengo que terminar de cancelar y ahora que me encuentro desempleado… es decir que al contrario de lo que sostenía Teodoro Petkoff las cosas están difíciles y se pondrán más malas, así que vayan acostumbrándose a unas navidades vernáculas.

Ya como saben las hallacas están aseguradas pero si quieren comer pernil este diciembre les recomiendo que se vayan bien temprano pa MERCAL a hacer la cola para comprar unos tremendos jamones que están vendiendo allí bien baratos.

El pino canadiense lo sustituiremos por uno plástico de esos chinos de navidad que desde lejos y en las fotos pasan por naturales. De adornos le pondremos bolas hechas con latas de aluminio y de cintas tiras de sacos de esos en los que traen las zanahorias del páramo.

El pesebre si está facilito, con una Barbie vieja de la niña como Virgen María y los J.I. Joe’s de los muchachos en plan de San José y los Reyes Magos resolveremos el portal. Por la mula y el buey no se preocupen, que el simpaticón del Benedicto XVI los eliminó este año de un plumazo. Las botas de la chimenea las cambiaremos por alpargatas. Por muérdago colgaremos en el umbral mastranto. Los duendes por momoyes y los renos por venados caramerudos. Las uvas del 31 las cambiaremos por una docena de jobos o de icacos así se retuerza en la tumba Andrés Eloy Blanco.

Las lentejas de la Noche Vieja podremos conservarlas para que se vayan acostumbrando a encontrarle el gusto a las proteínas escondidas en los granos. Sin llegar a lo exótico del vegetarianismo pero debido a lo caro de las verduras y de las hortalizas tendrán que adaptarse a una dieta omnívora, es decir casi igual a la del cerdo. Las maletas con las que salen ustedes desaforados a dar vueltas por las calles de la urbanización tendrán que cambiarlas por los manares que les puso su mamá a las matas en la base o con el arcón que está en la sala y la ropa interior amarilla la remplazarán por guayucos coloreados con achote bolivariano.

Como vieron ya no hubo regalos bajo el arbolito ni esperen aguinaldos. Los reyes también se jodieron y de Carnavales y Semana Santa ¡váyanse olvidando!.

La matrícula de la UCAB está en pico de zamuro… total llevo años pagándole los estudios al mayorcito y ni siquiera la constancia de notas del primer año me ha mostrado. Los otros dos ¡Prueba OPSU, UNEFA y Canaima, que se vayan acostumbrando!

Una cosa más. Les pido -si no me quieren ver muerto-, que no pongan, nunca más por nada del mundo, el programa del Arquitecto de Sueños que pasan en la televisión en las mañanas, porque si escucho alguna vez más otra predicción me lanzaré desde el balcón y el puesto de la camioneta que es lo único propio que nos queda está justo abajo.”

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Los Dragones de Komodo

Ellos son unos lagartos sin complejos. Se arrastran por su entorno y obedecen al más fuerte apartándose de su camino para dejarlo hacer e inmediatamente seguirlo en actitud servil. Tienen una mandíbula ancha y poderosa, y la utilizan muy bien para mentir. Tienen dientes aguzados y terribles, con los cuales muerden sin perder ninguna oportunidad para atrapar a quienes consideren sus presas.

Los dragones de Komodo son fósiles vivientes en todos los sentidos. Todos sin excepción, descienden de una misma familia; tienen sus mismas cualidades, poseen sus mismas características distintivas. Provienen de una especie antediluviana de megalagartos como el Romulanus Adequensis que vivió en la prehistoria política de Venezuela sobreviviendo hasta no hace mucho en variedades como la Alfarosaurus Rex que habitaba en el oriente del país, o el último de los grandes saurios, el ya casi extinto Lisandrocantus Ramosallupsus que si bien no posee la misma envergadura política que caracterizó a esos grandes saurios, ha demostrado sus habilidades de predador desde su mismísima eclosión cuando habitaba por las riveras del lago de Valencia, pero que se dio a conocer cuando migró hacia Caracas estableciendo su nicho de correrías por los lados de La Florida.


Estos despiadados lagartos viven en un hoyo que hacen en la tierra en donde permanecen al acecho, silenciosos, rastreros… hasta que con gran alboroto, descargan su mordida infecta. Hoy día han formado una colonia en el Palacio Federal Legislativo. Se les ve asomar su cabeza de las cárcavas excavadas debajo de los curules donde habitan, sus lenguas bífidas afloran y saborean el aire de las plenarias. Las hileras de sus dientes puntiagudos se muestran en medio de sardónicas sonrisas.


Estos bichos se alimentan de carroña, de la porquería que encuentran en el mismo medio en el que se desenvuelven. Sus heces son blancas dato curioso, pues no digieren el calcio de los huesos de sus victimas. A pesar de su talla son muy ágiles, trepan a los árboles con la misma habilidad con la que nadan. Se apuntan con extrema facilidad a movimientos socialdemócratas o socialcristianos, progresistas o conservadores sin ruborizarse siquiera. Sus escamas los hacen resbaladizos. Se mimetizan con el entorno pero, son rápidamente descubiertos al aflorar sus bajos instintos, ¡Son caníbales! Capaces hasta de comerse entre ellos mismos, sus congéneres de menor tamaño siempre tienen que andar alertas por que al primer descuido serán engullidos.


Los dragones de Komodo babean. Están acostumbrados a desplazarse solos o en pequeños grupos mientras largas gotas de saliva espesa les cuelgan de sus hocicos. Chasquean la lengua continuamente en búsqueda de sustancias químicas en el aire que le indiquen cuando atacar. Así, usted desde un sitio bien resguardado los puede observar mientras manipulan sus celulares de alta tecnología y con el rabillo del ojo miran en rededor hasta descubrir quien a su parecer es una presa fácil. Generalmente los ancianos, las mujeres, los más chicos, los enfermos… los desvalidos.


El espumarajo que asoma de sus hocicos es su arma secreta. Ese humor purulento, letal y el putrefacto aliento que los caracteriza son su marca de descendencia. Millones de bacterias Gran positivas y Gran negativas pululan en su babaza y envenenan la sangre y el alma de quienes tienen la desdicha de ser lamidos por estos lagartos súpercrecidos.


A pesar de todo eso, los dragones de Komodo son hoy día, una especie en vías de extinción. Sólo quedan unos cuantos, sobrevivieron gracias al resguardo que les proporcionaba el Jurasic Park de la política cuartorepublicana. Aún así no nos confiemos, ellos pueden acudir a la partenogénesis y engendrar aún sin pareja bicharracos similares a ellos mismos de allí el origen de especies tales como Un Nuevo Tiempo, Proyecto Venezuela o Primero Justicia.


Pero la gente ha aprendido a reconocerlos y los ha sabido evitar. Al no tener victimas ignorantes de que alimentarse medran en espera de su ocaso, de su desaparición. Eso sí, cuando piensan que tienen en frente a un ser desvalido su instinto depredador los convierte en desalmados de la política, de la vida y no respetan ni los sentimientos mas puros que alberga el ser humano más evolucionado en la escala filogenética descrita por el Che Guevara… el Revolucionario.

domingo, 14 de octubre de 2012

¡Qué difícil es ser chavista en el estado Mérida!


I

Los estados andinos, es decir gran parte de sus habitantes son, por decir lo menos, conservadores por naturaleza. Sociedades que aún cultivan y preservan disimulado el esquema de castas, en donde un “extranjero” sólo entra hasta la sala del hogar, donde todavía no es muy bien visto el “negrito” para novio de la niña de la casa, donde los apellidos se repiten y se repiten en sucesión como ecos del pasado, donde se atesoran las glorias de aquellos viejos tiempos en donde la  consigna era: ¡Los andinos al poder!

En Mérida particularmente, las peleas por el poder aun se libran  -como desde el mismisimo día en que Juan Rodríguez Suárez decidió aún sin el permiso de la Corona fundar la Ciudad de los Caballeros-, entre los mismos linajes.

Eso por una parte y por otra el mal tino en la escogencia de los representantes del PSUV a los altos cargos de dirigencia regional (tres periodos consecutivos sin dar pié con bola), dan al traste con las posibilidades de triunfo revolucionario en los próximas elecciones regionales.

II

¿Desde hace cuánto lo vengo diciendo?, prácticamente desde que el Presidente ungió gobernador a Florencio Porras y este a su vez lo colocó en cargos de relevancia durante su gestión he venido  repitiendo  que  el actual gobernador de Mérida es un infiltrado.

Yo viví la época en la que un dirigente con el alias de Caracciolo nos mandaba derechito al patíbulo mientras subrepticiamente aparecía en la nómina de la extinta PTJ cobrando sueldo como informante. Y al que lo muerde macagua… le tiene miedo a un bejuco.

Florencio Porras, el mismo que contraviniendo las decisiones del PSUV (partido que le dio el apoyo para que aun siendo un perfecto desconocido, fuera electo gobernador durante dos períodos) se alzó y se lanzó a gobernador por el estado Mérida, tiene en su prontuario el haber sembrado, primero en la Corporación de Salud y luego en esa agencia de repartir billetes que se llama Desarrollo Social a Marcos Días Orellana. Mejor ubicación no pudo tener el gobernador actual para incubar sus aspiraciones personales.

Siempre lo he manifestado públicamente y a viva voz: ¡El gobernador (si así se le puede llamar al autor de este desgobierno) del estado Mérida es copeyano!

Ya lo sé, es cierto, hay persona valiosísimas dentro del proceso que, aún siendo de extracción socialcristiana le han prestado un brillante servicio a la revolución. Walter Martínez como comunicador a través de su “Dosier” llevándole al mundo las incidencias del acontecer diario de nuestro proceso de cambios. Roy Chaderton como diplomático excelso, que ha sabido defender con muy buen tino las posiciones que, en cuanto a política exterior ha asumido nuestro gobierno.

Sin esconder sus orígenes, sin renegar de su estirpe, estos caballeros y otros cuantos y cuantas más han decidido auxiliar a los venezolanos en su afán de independencia y desarrollo con dignidad y soberanía, por lo que el pueblo les está altamente agradecido. Pero, al mirar el accionar de este señor -el gobernador del estado Mérida-, da pena ajena ver como no pierde la oportunidad para -de la manera más servil y empalagosa- congraciarse con el Presidente.

¡Eso sí, delante de las cámaras de VTV, o en frente de los micrófonos y los periodistas del Sistema Nacional de Medios públicos, porque si no hay testigos que puedan reseñar sus declaraciones, hace todo lo contrario a lo contemplado en las líneas de acción del Gobierno Nacional!
¡Es que no importaría si el tipo fuese copeyano, o adeco, o lo que se le viniera en gana mientras apuntalara las políticas gubernamentales, pero este individuo tiene su propia agenda oculta!.

Con gallardía Tarek William Saab expresó que aunque lo asistía el derecho al pataleo, aceptaba disciplinadamente la decisión desfavorable para el de nombrarle un sustituto pero… ¿alguien ha escuchado a Marcos Díaz declarar lo propio por la calle del medio, sin rodeos y sin ambigüedades?

En el 2008 Marcos Díaz ganó las regionales con 196.667 votos, ¡votos estos del comandante Chávez!. Cuatro años más tarde, el Presidente pierde en el estado Mérida aún obteniendo 225.556 votos, su crecimiento fue de tan solo un 12.80% en todo el estado. ¿Por qué si las políticas públicas, las misiones, los planes de vivienda, de salud, de educación pública y gratuita son para todos los estados, en Mérida no atraen adeptos al Presidente que es quien los impulsa? 

Pues porque el gobernador del estado Marcos Díaz Orellana destina los recursos del estado a comprar trescientos burros -es cierto, así como lo leen- para una fiesta patronal, para mudar y reinaugurar una manga de coleo, para patrocinar a un candidato a Mister Universo -¡de pana, es verdad!-, para financiar encuentros de motorizados con vehículos de alta cilindrada que vienen a contaminar con polución y estridencia la calma y el paisaje de nuestro estado, para edificar un polígono de tiros o para costear un programa de radio insulso denominado “De pana con Marcos Díaz Orellana”, mientras que el principal centro asistencial de la entidad el IAHULA, carece de Resonancia Magnética, cierra sus quirófanos por falta de insumos, y deja de aplicarle tratamiento de radioterapia a los y las pacientes con cánceres avanzados.  

III

Veamos los números y las circunstancias en la cuidad de mis desgracias. 

Mérida lamentablemente se hunde en la basura, sus calles pestilentes están llenas de buhoneros, plagadas de huelepega, la droga circula abiertamente, el alcalde llena sus arcas gracias a una banda de corsarios vestidos de policías viales que deambulan por las calles del centro montados en grúas privadas y no perdonan a nadie para secuestrarle el carro pidiendo de rescate una multa de no sé cuantas unidades tributarias; y sin embargo Chávez pierde y feo en el municipio Libertador con 49.128 votos. Es decir, sólo el 35.57% de los electores pensó en la reelección del Presidente como alternativa de futuro. Léster Rodríguez alias “el Rey Zamuro”, ese pésimo alcalde, obtuvo su cargo en las regionales de 2008 con 54.329 votos. Mientras Léster Rodríguez obtuvo 51.63% en su momento, sin ofrecer nada a cambio que no fuese ser contrario al Proceso, el Presidente de la República que le ha echado un camión de bolas, que ha tenido el tino de beneficiar a la ciudadanía sin ninguna distingos de ninguna naturaleza con planes tangibles de vivienda, salud, educación etc., obtuvo tan sólo un 35.57% de los votos en estos comicios. 

¡Estamos mal y vamos para peor!, a) el estado Mérida se gana o se pierde teóricamente con un poquito más de doscientos veinticinco mil votos. b) pese a que el candidato opositor (Léster Rodríguez) es muy malo, los chavistas que no la tienen todas consigo van a ver mermada su votación natural por la división que representa Florencio Porras y el grupo de organizaciones anárquicas por denominarlas de alguna manera (ojalá fueran anarquistas de verdad pero lo que son es malcriados) que lo apoyan. c) Alexis Ramírez es un muchacho joven que pese a tener una buena trayectoria política es un desconocido fuera de su circuito. d) el abolengo merideño sigue prevaleciendo a la hora de depositar el voto, los nombres de alcurnia, el color de la piel, todo eso es cotejado antes de decidir apoyos. e) Alexis Ramírez se pronunció a favor de la invasión de unos terrenos destinados por la Universidad de Los Andes para desarrollar el Núcleo Campo de Oro del área de Ciencias de la Salud y en Mérida donde todo gira en torno a la ULA, meterse con nuestra máxima casa de estudio es un pecado mortal. f) la vieja guardia del PSUV merideño, expertos en manipulaciones y componendas, se está moviendo aceleradamente para asegurar su supervivencia. g) esta candidatura lleva consigo el estigma de ser apoyada por una serie de grupos económicos regionales que enturbian su figura. h) aquí en Mérida la votación posee un sesgo bizarro, no se depositará la papeleta eligiendo el mejor servidor público sino votando contra Chávez, ese zambo feo, populachero, humilde y ordinario. i) las gestiones de Florencio Porras y de Marcos Díaz Orellana han sido tan desastrosas que hasta algunos chavistas por castigar a quien los impuso, o sea Chávez, están dispuestos a hacerse el haraquiri. j) la indolencia que demuestran los empleados públicos ante las solicitudes de los ciudadanos dan al traste con cualquier iniciativa de acercamiento hipotético entre la “clase media” y el gobierno de Chávez.

IV

A esta Revolución se le plantea un problema de dimensiones siderales: ¿Cómo hacer para captar el voto de esa gente que se cree el cuento de que son “clase media” y por no tener el estigma de ser tildados de marginales y resentidos se alinean con el bando de quienes sistemáticamente los desprecian?, ¿Cómo lograr que los trabajadores, los estudiantes y los profesores universitarios que se sienten maltratados, ahogados presupuestariamente por el gobierno apoyen a su representante a la gobernación del estado?, ¿De qué manera convencer a las señoras que no logran acceder a los productos de primera necesidad sino luego de pasar por la humillación de permanecer por horas bajo un sol inclemente haciendo largas colas para finalmente obtener lo que por derecho les concede el gobierno bolivariano?, ¿Qué hacer para que los merideños puedan disfrutar de las bondades del plan “Mi casa bien equipada” y no tener que comprar los mismos electrodomésticos, de calidad similar pero a precios exorbitantes, en los comercios de los familiares de un ex ministro que han colonizado con sus bazares el centro de nuestras ciudades?  

V

Desafortunadamente para los seguidores merideños de este proceso de cambios que encabeza el Presidente Chávez, se vislumbra una derrota electoral para los comicios regionales del próximo mes de diciembre. 

Nuestra preocupación es  válida y comprensible, en unas elecciones signadas por la indiferencia ciudadana, en donde se lucha contra el odio y la animadversión antichavista, en las cuales competimos con un candidato prácticamente desconocido y en donde los pocos que lo conocen son los que lo adversan con más inquina, animadversión y hostilidad por haberse metido con los bienes de la ULA, en las cuales el voto chavista va dividido por las mezquindades de sus pseudodirigentes, en las que el tratamiento que le ha dado el PSUV regional a sus seguidores es el de simples votantes, en donde se juega con un esquema burgués de valores, en medio de un entorno capitalista donde las tentaciones de la moda se entremezclan con las necesidades de aceptación y de ser “populares” que ha impuesto el hedonista, individualista y pragmático  “american way of life” sobre la conciencia de las nuevas generaciones de venezolanos, es casi imposible salir bien parados.

Ahora más que nunca y con el tiempo jugando en nuestra contra, es cuando realmente resulta imprescindible que el máximo líder de esta Revolución ponga orden en el estado Mérida y haga declinar las apetencias y ruindades de estos personeros funestos por el bien y la salud mental de los merideños que aspiramos progresar y vivir en paz.

Este es el momento en el que debemos tratar con más ahínco de dessatanizar al socialismo, de acercarlo a los más reacios, ahora es cuando debemos recordarle a los adversarios políticos del gobierno que, una decisión visceral de su parte nos hará sufrir por igual durante cuatro años la flagelación de ser gobernados por alguien a quien una alcaldía relativamente pequeña de una ciudad fácilmente gobernable le quedó grande. Particularmente yo quisiera que la fortuna le sonriera al geógrafo y parlamentario Alexis Ramírez, pero las posibilidades de triunfo se escapan con cada una de las torpezas que se cometen en el accionar político “revolucionario” de nuestro estado.

Señor Presidente hasta ahora yo jamás le he solicitado nada, por favor ahora le pido en mi nombre y en el de todos mis coterráneos, interceda en esta oportunidad para salvarnos de un nuevo desgobierno de signo opositor o más dolorosamente de carácter revolucionario.

lunes, 3 de septiembre de 2012

18 segundos

Dieciocho segundos bastarán para que el próximo 7 de octubre cada uno de los venezolanos decida el futuro de la patria.

18 segundos nos bastaron -al operario de la captahuella y a mi- para habilitar el tarjetón, ubicar la carita del candidato, escoger entre todas las opciones rojas rojitas apretarle la verruga al Presidente en la casilla del gallo rojo de mis tormentos, esperar a que saliera en la pantallita la cara sonriente de alguien que acaba de vencer un cáncer, pulsar la casilla votar, tomar la papeleta y verificar que no dijera Capriles, caminar hasta la urna, depositar el papelito y despedirme de un operario tranquilo, relajado y contento.

No por venezolano dejé la vaina de ir a votar para las 3 de la tarde, lo hice si por escuchar tooodos los vaticinios de mis amigos escuálidos mientras tomábamos café en la panadería en dónde nos reunimos los domingos de tertulia.

Al llegar al centro de votación lo que más me costó fue conseguir estacionamiento. Pude observar si, como ambos bandos se pasaron por el fundillo las directrices del CNE y los dos comandos de campaña armaron toldos casi que en la puerta de la escuela en donde me nuclearon.

18 segundos es menos de lo que me tomó decirle al oficial que estaba en la puerta que quería ejercer mi voto.

18 segundos es mucho considerando lo que tardé en explicarle al operario del sistema de búsqueda computarizada que yo ya sabía -porque me había buscado previamente en la página del CNE-, el número de mesa en donde me tocaba votar.

18 segundos más o menos me tomaría subir las escaleras hasta el primer piso y entrar al salón en donde voté.

18 segundos o 20 latidos emocionados me consumió el placer de cumplir con un gran compromiso.

18 segundos es aproximadamente el tiempo en que luego de entrar al consultorio, levanta la cabeza el médico que te atiende en el CDI, te mira a los ojos y con un cantadito muy particular te dice:
-“Buenas taldes, ¿En qué puedo sepbile caballero? cuando usted llega con su muchachito enfermo.

18 segundos o menos se demora su hijo en encender su Canaimita para comenzar a hacer la tarea que le mandó la maestra de la escuela bolivariana en dónde no le cobran por estudiar.

18 segundos es el tiempo que dura en la caja mientras le suman dos grandes pollos, un kilo de leche, dos de arroz y uno de azúcar en el MERCAL de la cuadra.

18 segundos, menos mucho menos, fue el tiempo que le llevó a Capriles llamarnos jalabolas a los trabajadores que votamos por la opción revolucionaria.

18 segundos o menos le toma meter la llave y abrir la puerta del que es su apartamento nuevo gracias a la política de construcción de viviendas con las que el gobierno asiste a los más necesitados de un hogar.

18 segundos demoró la sifrina que me vio llegar al centro de votación en trucar la sonrisa con la que me entregó un volante de “Hay un camino” y torcerme los ojos al observar que mi carro lleva pegada en el vidrio de atrás una calcomanía con el corazón de Chávez.

18 segundos, realmente mucho más, tendrán respetados lectores contando desde hoy día para meditar acerca de quién puede ser el más conveniente entre los candidatos a elegir para que funja como conductor de la nación por los próximos seis años.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Marcos Díaz, CORPOSALUD y el problema de la basura


La ciudad de Mérida es una pocilga. Su actual alcalde Léster Rodríguez, la ha convertido a ella y a sus alrededores -el municipio Libertador-, en un chiquero.

Históricamente, gracias a sus condiciones geográficas y climáticas, a la cordialidad y bonhomía de sus gentes, a la economía y calidad de sus servicios, a la frescura y variedad de sus productos, se convirtió este paraje andino en referencia para el turismo internacional y en la meca de los viajeros nacionales.

Sus floridos parques y cuidadas plazas se han vuelto cosas del pasado cubiertas hoy día por toneladas de basura. Sus calles resplandecientes son hoy sólo un lejano recuerdo que ni siquiera las torrenciales lluvias que caen frecuentemente sobre la ciudad pueden purificar. Montañas putrefactas de desperdicios compiten en cada esquina con las mismísimas cumbres de la serranía. Ratas y moscas proliferan por todas partes propagando con sus patas y hocicos plagas y enfermedades. Millares de gusanos se retuercen en los hilillos de líquido espeso y putrefacto que se destila de las pringosas bolsas negras que, inútilmente tratan de contener el producto de la desidia del burgomaestre que -en el colmo del caradurismo cuartorepúblicano- tiene aspiraciones de ser gobernador del estado auspiciado por su partido COPEI y apoyado por la MUD.

Hoy la capital emeritense luce roñosa. Paisanos y turistas sufren en sus narices la incapacidad del alcalde y por igual se apartan con las manos en el morro de los cerros de basura. Los transeúntes reconocen el riesgo de epidemia que late dentro de estas bolsas infectas. Todos, menos las autoridades sanitaras del estado Mérida reconocen el peligro. Todos en la ciudad menos los responsables de la salubridad se han pronunciado, cada uno a su manera. Las comunidades han cerrando las calles protestando pacíficamente y los más agresivos le han metido candela a las montañas de desperdicios. Columnas de humo maloliente ascienden enturbiando el cielo mientras los perros de la calle pululan esparciendo la inmundicia y las autoridades de CORPOSALUD se esconden en sus oficinas. El cóndor altivo que corona el blasón emeritense ha sido sustituido por cientos de zamuros que vuelan en circulo sobre la pestilente cuidad esperando que definitivamente fallezca.

Pareciera que las autoridades sanitarias no vivieran en Mérida.

Marcos Díaz, gobernador del estado Mérida por la gracia de Chávez -con un pasado copeyano difícil de olvidar aunque al parecer fácil de esconder-, se jacta de decir sin que le tiemble la voz y ante las cámaras de VTV que él es chavista, que después de Bolívar el hombre más grande que ha parido esta patria es el veguero de Sabaneta, pero hace todo lo posible porque el malestar de una sociedad tan conservadora como la merideña dirija sus odios hacia el Presidente.

El señor gobernador de Mérida sólo mira y espera. Mientras todos los otros mandatarios regionales que están con el proceso encabezan sus actos con propagandas en dónde anuncian su adhesión al Presidente, los afiches de la gobernación de Mérida sólo mencionan el nombre de Marcos Días. Mientras el resto de las entidades federales disfrutan de las Misiones, mercados, operativos y otros programas que sus gobernadores gestionan ante el gobierno nacional para beneficio de sus habitantes, sobre todo para el bienestar de las capas sociales más deprimidas, en el estado gobernado por Marcos Días estos son muy escasos o brillan por su ausencia.

Pudiera el gobernador del estado asumir la responsabilidad de salvar a la ciudad de Mérida de ahogarse en desperdicios y basura, pero al parecer un odio oculto hacia quien lo llevó al poder lo hace convertirse en un ser sin ojos, sin oídos ¡y sin nariz! ante este problema de orden sanitario, a pesar de que él es médico y que fue además -gracias a Chávez- director de CORPOSALUD. Se niega el gobernador a tomar parte en este problema y darle la solución que el señor alcalde -copeyano como el- no ha podido resolver.

Mientras los merideños se sumergen en basura el gobernador Marcos Días mueve una manga de coleo de un sitio a otro, la reinaugura y la muestra ufano como su gran obra de gobierno. ¿A cuántos merideños beneficia esa obra?. Mientras en la ciudad de Mérida no cabe un carro, un autobús más, el Trolebus -obra construida por este gobierno- a pesar de que tiene meses con otra etapa concluida no termina de hacer más largo su recorrido no se sabe esperando qué.  Mientras las carreteras del estado Mérida se llenen de huecos por falta de mantenimiento, de obstáculos debido a los desastres naturales y de policías apostados con la anuencia de las autoridades, el gobernador Marcos Díaz sin importarle las vidas de quienes transitan por esta entidad, invierte su tiempo en hacer un programa de radio “juvenil” zonzo, desabrido y vacío.

Razón tiene Chávez en no incluir a Mérida entre los destinos que visitará durante su gira de campaña electoral. El Presidente sabe que los ciudadanos de este estado, opositores o revolucionarios por igual, le reclamarán al venir que por su culpa, por su falta de tino al escoger, se han tenido que calar a un gobernador indolente durante todos estos años.

domingo, 26 de agosto de 2012

La talanquera


Los gustos deportivos de los venezolanos también han marcado su conducta política.

Gracias a la explotación petrolera fuimos invadidos, colonizados y transculturizados por los norteamericanos. Con los gringos llegó el beisbol, entró por los campos petroleros, lo veían jugar a través de las cercas de los campamentos yankees y se apoderó inmediatamente del gusto popular.  La pelota se extendió como una epidemia por todo el territorio nacional. ¿Las razones?, varias, entre ellas las económicas, con una sola pelota jugaban al menos dieciocho personas de un solo viaje. Lo que se necesitaba era un terreno baldío -un peladero de chivos-, una pelota y la muchachada de la urbanización, del barrio o del pueblo pasaba un día de diversión cargado de emociones, generador de destrezas sociales, fuente inagotable de futuras anécdotas y de entrañables recuerdos.

En el beisbol las normas eran claras, el mismo número de jugadores por equipo, unos bateaban otros cubrían, tres strikes, tres outs, 9 innings, los cambios eran ilimitados, pero el que se marchaba no volvía a entrar. Fácil y sencillo de entender. Quien salía -por un cambio pedido por el mismo jugador u ordenado por el equipo-, no podía incorporarse nuevamente al partido.

La postguerra trajo consigo oleadas de inmigrantes europeos -desarraigados, pobres, campesinos muchos ellos artesanos otros cuantos-, que en sus alforjas, entre sus pocas posesiones, trajeron algún viejo y desgastado balón de futbol. Los “musiúes” se agruparon en clubes y “hogares”, para conservar sus tradiciones pero al final se volvieron tan criollos como las arepas, el joropo o las hallacas y -muy a su pesar- sus hijos se hicieron venezolanos.

Esos muchachos ya no tan europeos, trasplantados algunos, nacidos aquí los más, contagiaron a los criollos la afición por el balompié. Y poco a poco el futbol si no superó al beisbol, al menos caló tanto en el gusto de nuestros compatriotas que paulatinamente se ha llegado a alcanzar ese raro fenómeno de identificación de la gente de un país con su selección que se conoce cariñosamente como “la vinotinto”.

Allí también las normas eran claras y en su arraigo también influyó la economía. Un balón permitía al menos que jugaran veintidós competidores. Nuevamente un ejido municipal, un solar ocioso, un balón y una chiquillada desocupada servían de ingredientes para la algarabía. Todos recordamos algún relato de aquella época, algún cuento que se ha teñido de epopeya y que evocamos gratamente cuando un grupo de ex condiscípulos se reúnen y cuentan sus fechorías.

En este deporte los cambios son limitados, y todo el mundo está enterado de que el que sale no vuelve a entrar. Así es el fútbol.

Los partidos políticos seguían como en el deporte normas, básicas, sencillas y el que se salía bien sea por su propio gusto  -por desacuerdos de forma o de fondo con otros militantes-, o quien era expulsado de las filas del partido no pensaba por honor, por decencia o sencillamente por no aguantar la mamadera de gallo, volver a la agrupación de la que se había marchado.

Así, Jesús Ángel Paz Galarraga y Luís Beltrán Prieto Figueroa se largaron de Acción Democrática y no volvieron a pasar por allí nunca más, prefirieron fundar el MEP y morir con las botas puestas. Alfredo Maneiro al escindirse del PCV funda el partido de la R disléxica (La Causa Radical) y no vuelve a mirar hacia donde estuviera el gallito rojo. Lo mismo sucede con Domingo Alberto Rangel o con José Manuel “Chema” Saher cuando deciden desprenderse de AD y fundar el MIR. Y más adelante en la historia política venezolana ocurre igual cuando Rafael Caldera salió de su propio partido, les hizo la cruz, les untó los santos óleos y fundó Convergencia, alias “el chiripero”.

El básquetbol trajo nuevas reglas y con ellas nuevos procederes políticos. Tal vez por lo trepidante de las acciones de este juego, o también influido por razones de economía, esta vez por los costos del terreno, este deporte citadino volvió locos a los párvulos que encerrados por las cuatro paredes de su apartamento, oprimidos por los edificios, enclaustrados en colegios sin patio, se vieron forzados a compartir un pequeñísimo espacio con los jugadores de voleibol, los practicantes de gimnasia, y los alumnos de educación física. Diez atletas, un balón y cambios indefinidos. En este deporte sus practicantes entran y salen de la cancha cuantas veces quieren o les ordena el entrenador y mientras no llegue a cinco faltas podrá andar y desandar el camino hacia la baca cuantas veces les dé la gana.

La arena política venezolana entonces con el básquet adquirió otras costumbres y se comenzó -decididamente- a ver el salto de talanquera. Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez pasan del PCV a AD, de nuevo al PCV, luego al MIR, al MAS, a Convergencia, al MAS otra vez, a la Coordinadora Democrática, a la MUD y quien sabe cuántos cambios más harán antes de que la parca los llame a las duchas.

Douglas Bravo veleidoso brincó del PCV al PRV, al FALN, a Bandera Roja a la Coordinadora Democrática, a la MUD. Gabriel Puerta Aponte voluble como es el saltó del MIR a las FALN, al MDP, a Bandera Roja, al MVR, a Un Sólo Pueblo, a la Coordinadora Democrática, a la MUD. El denominador común: todos terminan sentados sonrientes al lado de sus torturadores, muy próximos de sus carceleros.

No extraña entonces que con ese ejemplo que dan los mayorcitos, las nuevas generaciones de políticos vernáculos vean que como en el basquetbol en la política uno puede entrar y salir del juego cuantas veces quiera.

Así, Didalco Bolívar como una veleta cambia del MAS al PPT, a Podemos, al MVR, al PSUV, al PPT otra vez, a la Coordinadora Democrática, a hacerle ojitos nuevamente a Chávez. Ismael García siempre inestable saltó del MAS a Podemos, al PPT, al MVR, al Frente Nacional Amplio FNP, al PSUV, a la AVP, a la Coordinadora democrática a la MUD. José Gregorio “el gato” Briceño pasó tornadizo de AD al Movimiento Independiente Ganamos Todos fundado por el mismo, al MVR, al PSUV, a AD otra vez, a la Coordinadora Democrática a la MUD. Henry Falcón frívolo e inconsecuente del MAS pasó al PPT, al MVR200, al MVR, al PPT, al PSUV, de nuevo al PPT, al Frente Progresista FP, a Avanzada Progresista AP, a Primero Justicia, al PSUV otra vez, a UNT, a la MUD.

Por eso que David De Lima experto en el salto de talanquera salga con una nueva traición, esta vez y por fortuna no contra el proceso sino contra su propio candidato Enrique Capriles, no debe generar sorpresa y mucho menos se le debe conferir el protagonismo que se le está dando. El sabe por qué lo hace, tiene puesta la mira en la gobernación del estado Monagas y sabe que Capriles está derrotado. Trata de ganar indulgencias para que Chávez le levante la mano. Por eso ese movimiento destemplado, tan fuera de tiempo, como si pareciera espontáneo, improvisado.

Luis Miquelena, Eduardo Manit, Luís Felipe Acosta Carlés, Liborio Guarulla, Herman Escarrá, Vladimir Villegas, Gilmer Viloria, “El Gato” Briceño, Didalco Bolívar, Ismael García, Henry Falcón y una larga lista que escapa a la fragilidad de la memoria han convertido la política en algo más interesante que una carrera de tres mil metros con vallas, puesto que esta se corre en un solo y aburrido sentido, mientras que estos émulos de Judas Iscariote dependiendo de cómo amanezca el día saltan las vallas en una dirección o en sentido contrario.

Al menos estos saltadores de talanquera han tenido la decencia de haberse apartado después de haber traicionado. Pero desafortunadamente dentro, en las filas revolucionarias, es mucho el que como Pedro estará dispuesto -antes de que cante tres veces el gallo del imperialismo-, a traicionar al líder de este proceso de cambios revolucionarios y permanecen agazapados.