miércoles, 21 de agosto de 2013

La Metamorfosis

Afortunadamente para todos -incluyéndolos a ellos mismos-, la dirigencia opositora venezolana ladra, y mira que aúlla lastimera y fuertemente…  pero no muerde nada.

Pensándose mejor que los demás, la oposición venezolana, como si de Gregorio Samsa se tratara, se despertó una ya lejana y brumosa mañana convertida en una de esas verdes y pesadas moscas que uno observa en los ventanales de los restaurantes. Ellas están adentro, resguardadas del bochorno tropical del mediodía por la suave brisa del aire acondicionado, pueden tener la mesa dispuesta, colmada de ricos manjares que los comensales distraídos imbuidos en conversaciones triviales, absortos en pensamientos inescrutables, olvidan defender o no están dispuestos a resguardar, pero esos moscardones verdes siguen dándose cabezazos contra el vidrio reclamando con un zumbido monótono una libertad que jamás se ha ido de sus alas, que simplemente verían si no insistiesen en golpearse tercamente contra el traslúcido cristal.

Bastaría con que se dieran la vuelta, con le dieran por un instante la espalda al vidrio y se colocaran de cara al país, con que dejaran por un segundo la petulancia de creerse descendientes directos de alguna recóndita monarquía europea venida a menos y que, asumieran que en verdad, nunca han sido ni serán mayoría de nada en ningún lugar, que nunca han representado ni representarán los intereses de las grandes masas humildes y trabajadoras que constituyen el músculo de la nación su masa laboral, porque sencillamente los detestan, porque al igual que George Bush en Haití o María Machado en La Bombilla de Petare, después de tomarse la fotografía de rigor sentirán la imperiosa necesidad de limpiarse el pringue que el contacto efímero con alguien de la calle les deja, urente, en su necesidad de distancia social.

Es por esta circunstancia que insisten en declarar que: “Venezuela no tiene remedio mientras se mantenga bajo un régimen amoral, altamente incompetente y corrompido como el actual. La necesidad de un cambio definitivo es compartida por la gran mayoría de compatriotas que se mantienen aferrados a principios y valores fundamentales”.(1) Y esto lo sostiene nada más y nada menos que Oswaldo Álvarez Paz, entonces no les miento al señalarles que no tienen conciencia de sus defectos. Ese señor, conspicuo representante de lo más abyecto de la politiquería cuarto republicana se erige en custodio de los principios y valores fundamentales de la moralidad pero, ¿No es siguiendo su “ejemplar” vida que, en estos momentos miles de compatriotas salen hacia el Ecuador y Perú estafando al resto de los venezolanos, esquilmándole al Estado los dólares subsidiados que éste ofrece para viajes para luego de una semana a pan y diablito, volver y venderlos en el mercado paralelo, quitándole en nombre de la libertad divisas al presupuesto que se necesitan para adquirir insumos, alimentos y medicinas?

Siempre existirán desclasados que, no queriendo tener conciencia de su lugar en la tradicional urdimbre social  exclaman: “Venezuela se desliza aceleradamente por el despeñadero, la falta de políticas económicas coherentes, de dólares y la crisis alimentaria se llevará en los cachos no solo al gobierno de Maduro, sino desestabilizará al de Cuba, que se encuentra muy afectado por el desabastecimiento, porque todos los productos se los envía Venezuela.”… “El problema es que no hay dólares, ni para abastecimiento, ni para resolver las contingencias sociales que se presentaran como consecuencia de la parálisis económica, la crisis hospitalaria, la eléctrica y el fracaso estridente del Plan Patria Segura, que parece tener como premisa ‘dispara primero y averigua después’. Maduro no sobrevivirá a un Caracazo…”(2)

¿“Disparen primero y averigüen después”… en qué contexto se habrá escuchado antes esa expresión?. Me parece que adjudican su autoría al “padre” de la democracia, ¿No fue Rómulo Betancourt el que pronunció por primera vez esa frase lapidaria? Pero es a esta administración permisiva por demócrata, en donde cada uno hace o dice lo que le da la real gana sin que su casa sea allanada, sin que su mandíbula se quede sin dientes y sin que sus costillas sepan que es un planazo, a quien se acusa de despótica y autoritaria.

Hasta disponen la ilegitimidad de Nicolás Maduro despachando el argumento peregrino y xenófobo del origen cucuteño del mandatario electo basándose en supuestos y en chismes de vecindad: “Mientras los filtros para bloquear páginas y cuentas en la redes no se implementen, los internautas estaremos informados sobre asuntos trascendentes como la partida de nacimiento de Nicolás Maduro, lanzada este lunes por el ex embajador panameño ante la OEA Willy Cochez, que probaría que el Presidente en ejercicio no es venezolano por nacimiento sino colombiano, según el Registro de Cúcuta - partida 47, Tomo 22 A-, que de ser cierta es evidencia de una violación a la Constitución, que exige que para ser presidente de Venezuela -art. 227-  se debe ser venezolano por nacimiento. Se tiene que comprobar la constitucionalidad de Maduro y tanto el Gobierno como la oposición están obligados a fijar una posición.”(3) Recuerdo que de Carlos Andrés Pérez se decía lo mismo, pero ignoro si la vehemencia con que esgrimen hoy esa premisa era similar en aquel entonces.

En todo caso, prefieren creer en Cochez, quien a decir de Roy Chaderton -hombre comedido y sensato-, no es ni un político, ni un diplomático, ni un caballero, que en las instituciones venezolanas y todo por su palmaria incapacidad para ganarse al pueblo.

Dándoles el beneficio de la duda, cuesta creer que personas del medio periodístico o artístico escupan para arriba y pongan en duda a priori las capacidades que pudieran poseer sus compañeros de la farándula para proponer una gestión y organizar un equipo que la lleve a cabo. Para ellos el presidente Maduro “…sigue metiendo las extremidades, incluso en acciones políticas, como la selección de candidatos a alcaldes que solo tienen vida en la industria del entretenimiento y provocan un gran rechazo en las filas del partido de gobierno. Las elecciones municipales del 8D serán un plebiscito. Si los venezolanos salen masivamente a ejercer el voto castigo, Maduro estará liquidado…”(2)
Los menosprecian por chavistas, no por ser locutores o deportistas destacados. Se olvidan de julio Borges quien dio sus pininos conduciendo un programa malo pero televisado llamado “Justicia para todos”. Rechazan la virginidad política. Prefieren la ignorancia demostrada de un Capriles o de un Rosales. Prefieren la deshonestidad de Caldera, López, García o Mardo.

Como el resto de los integrantes de la familia Samsa en el fabuloso relato de Franz Kafka, la oposición venezolana desprecia a sus propios hermanos, los diferentes, los extraños, son rechazados así hayan vivido por mucho tiempo de ellos y de su trabajo.

Por fortuna para todos -incluyéndolos a ellos mismos-, la dirigencia opositora venezolana es una sistemática e infalible enterradora de primaveras, por lo que con cada uno de sus ladridos, de sus aullidos destemplados, conjuran los peligros de sus mordiscos hidrofóbicos.


(1): Álvarez Paz, Oswaldo. Ambiente de tragedia y fatalismo. Agosto 21, 2013.
(2): Salazar, Marianella. Sálvese quien pueda. Agosto 14, 2013. http://www.el-nacional.com/opinion/Salvese-pueda_0_244775700.html
(3): Salazar, Marianella. Indignidad nacional. Julio 31, 2013. http://www.el-nacional.com/opinion/Indignidad-nacional_0_236376650.html