lunes, 30 de diciembre de 2013

La Guerra de los Mundos

Es de imaginarse a un locutor gordito y sudoroso, de naciente calvicie e incipiente papada entrando cagado de la risa y relamiéndose los labios, a las instalaciones de Ejidense 91.5 FM. El tipejo en cuestión se hizo un panorama jocoso para pasar el resto del Día de los Inocentes echando el cuento mientras preparaba un sancocho y se tomaba unas cervecitas con el resto de sus amigos bajo la sombra de una gran mata de mangos y armaban la tradicional partida de dominó.

No era nada nuevo lo que iba a intentar pero, sería muy gracioso para él y sus compinches el asomarse a la calle y ver las largas colas de personas que se harían de un momento a otro mientras las esperanzas de encontrar leche en polvo y papel sanitario en la Venezuela de la Guerra Económica se agotaban para darle paso de inmediato a la desazón y la ira (productos estos últimos que sí se consiguen y a granel en todas nuestras ciudades).

El locutor de marras emulando a Orson Welles quiso hacer setentaicinco años después, una gracia de Día de los Inocentes y ya que la emisora de radio en donde trabaja queda cerca de un módulo policial, no se le ocurrió otra cosa que transmitir en tono de noticia un “comunicado” en el cual se informaba acerca de la supuesta detención de una gandola cuyo cargamento consistía nada más y nada menos que en leche y papel higiénico, indicando además que dichos productos serían vendidos en la estación policial del sector El Porvenir, de la ciudad de Ejido, del Municipio Campo Elías, estado Mérida. Esta sería una nueva versión, “su adaptación” de La Guerra de los Mundos.

Pero al contrario de Orson Welles, el chistoso locutor jamás advirtió a su audiencia acerca de la falsedad de los hechos que perifonearía como parte de una broma en el Día de los Inocentes. Y al no existir ninguna observación respecto a la inverosimilitud de lo difundido, las personas incautas se acercaron hasta la dirección indicada y como ya se ha hecho costumbre, de la nada surgió una fila interminable de individuos de todas las edades que, bajo un sol inclemente esperaron pacientes a que comenzara la venta de los productos anunciados.

Hacer colas para comprar alimentos es un asunto básicamente de personas mayores y de mujeres, al menos es a quienes mayoritariamente se observan unas tras otras apostadas detrás de una esperanza con forma de rumor. No es raro entonces ver como se desvanecen como si se tratara de pajaritos a algunos cuantos jubilados victimas de golpes de calor o de las arrecheras que agarran con los muchachos falta e’ respeto que se colean en sus narices, no es extraño encontrar tiradas en el piso con las rodillas como las del Nazareno de Achaguas a  unas cuantas damas que se resisten al arrebatón y son arrastradas por el delincuente hasta que logran desprenderlas de sus pertenencias, llámense estas bolsos, carteras o bolsas con las compras previamente realizadas.

Estas hileras de personas son un tanto tragicómicas, generalmente comienzan no por “generación espontánea” sino por la “fuga” de algún tipo de información. Frecuentemente es un amigo cuñado de la tipa que trabaja en tal sitio que es la esposa de Fulano que es el chofer de Sutano que es un “chivo” -un tipo pesado de tal Ministerio- el origen del rumor que, una vez se filtra termina en poblada deprimida y rabiosa. Surge entonces así pero, en lo que las personas ven a más de tres individuos recostados de cualquier pared cercana a la puerta de X comercio, se incorporan a la fila y activan todas las redes sociales a su alcance y habilidad tecnológica y con estas se acciona la “viveza criolla”. Muchos de los que se colocan en estas hileras son “profesionales de las colas”. Ellos tienen su propia organización, manejan códigos y jerarquías propios, se colean, meten en la formación a todas las generaciones de su familia que sean capaces de cargar con un paquete de harina de maíz o un pote de leche. Y no lo hacen porque su parentela sea numerosa o porque su vida dependa de la ingesta de los productos señalados… no! lo hacen por el crematístico impulso de salir de allí a montar un tarantín en cualquier avenida y revender la mercancía adquirida a 10, 20, 100 veces su valor original.

Estas ventas informales de productos de primera necesidad se encuentran en las principales vías de circulación de cualquier ciudad que usted escoja, en los mercados, en las aceras. Venden con sobreprecio los productos que se supone sólo distribuye el Estado a través de Mercales, Mercalitos, PDVales o de la red de abastos Bicentenario. Los productos que se suponen inexistentes, esos casualmente son los que estos grandes carajos trafican sin recato. Estos buhoneros de la necesidad, lo hacen al parecer bajo la vista gorda de los representantes del orden público que, los observan silbandito como el famoso policía de Valera. Lo hacen en las narices del cacareado “Poder Popular”. Ejercen su labor con tanta impunidad que no queda otra que preguntarse: ¿Para qué carajos sirven los “Consejos Comunales”?, ¿En dónde coños se encuentra el “Pueblo Organizado”?, ¿Qué está pasando con el “Poder Popular”?

Sirven las instituciones en esta Venezuela, la de la guerra económica entonces, para alcahuetear a otra estirpe de hambreadores de la población que surgen con el mismo modo de pensar que el de los grandes empresarios, “¡Exprimirle los bolsillos al Pueblo!”. Esta es la nueva versión de La Guerra de los Mundos, la del “mundo” capitalista contra la del “mundo” socialista, la batalla entre los que priorizan la acumulación de capital en las manos de unos pocos y los que ponen por delante el bienestar de la sociedad en su conjunto como preeminencia. La Guerra de los Mundos se libra entonces entre la usura y la felicidad social.

Orson Welles advirtió no una, sino tres veces durante su transmisión acerca de la falsedad de lo radiado, mencionó que esa era una adaptación de la obra de H. G. Wells “La Guerra de los Mundos”, este señor locutor de Ejido sólo pidió disculpas cuando la poblada cercó las instalaciones de la emisora desde la cual transmitía con impunidad sus mentiras -amenazando con tomar la justicia en sus manos y linchar al bromista-, pero lo hizo no en plan de arrepentimiento, agregó desafiante detrás de la seguridad que ofrecía la presencia de un cordón policial que “eso demostraba la buena receptividad de los radioescuchas”(1).

Sin embargo, lo más probable es que a este señor locutor como a los vendedores de leche en las aceras, la ley no lo alcance, que sea otro guarismo de la impunidad. Y todo porque partimos de principios errados, decimos que la mayoría de los comerciantes es honesta cuando en los últimos tiempos se ha demostrado todo lo contrario, pensamos que la gente que se arremolina frente a los abastos lo hace por necesidad aunque si el CICPC o cualquiera de los organismos de seguridad del Estado se tomara la molestia de examinar los videos de seguridad de estos comercios encontraría que las caras de las mismas personas se repiten y se repiten una y otra vez quitándole oportunidad a otros ciudadanos de adquirir los productos de primera necesidad. Ponemos por delante del derecho a la alimentación del pueblo el derecho al trabajo del malandrín que se apropia del trozo de acera para colocar su tarantín. Presumimos la inocencia de los “comunicadores sociales” engañándonos a nosotros mismos pretendiendo que estos últimos no responden a los intereses de quienes los emplean.

Un Estado serio no dejaría tantos resquicios por donde se filtra la corrupción. Un Gobierno serio habría arreciado la Ofensiva Económica en tiempos de franca  y “tradicional” especulación como lo son las navidades. Unos funcionarios serios sabrían que todas las tiendas, por más pequeñas que estas sean, tienen depósitos en donde guardan cantidades importantes de mercancías que, al finalizar la inspección colocan con sobreprecio en sus estanterías burlando al Estado y a sus representantes que de alguna manera tratan de controlarlos. Un pueblo serio dejaría la complacencia con los especuladores que en las bodegas del barrio, en los puestos de buhoneros y otras formas de economía informal, les venden los productos con valor especulativo.

¡Sigan entonces cayendo por inocentes!


sábado, 7 de diciembre de 2013

La raya como Lema

I

Ciertamente el actual alcalde de Mérida resultó ser un inútil con suerte. Al parecer toda su vida lo ha sido pero nadie lo ha notado, al menos no los que votan por él. Presidente de la Asociación de Profesores, Secretario y Rector de la Universidad de Los Andes por obra y gracias de las alianzas AD-COPEI, pasó sin pena ni gloria gestión tras gestión, consolidando pactos acuerdos y convenios que le garantizaran que la fortuna estuviese de su parte en el siguiente paso. Ningún movimiento lo efectuó al azar. Planificó no su gestión, no su accionar de funcionario público, centró sus esfuerzos en fabricar la hoja de ruta de su proyección personal.

Moviéndose sobre un fondo gris, catapultó su carrera política extrauniversitaria gracias a la polarización existente en el ámbito nacional.

Debido a lo imponente que resultaba la figura de Hugo Chávez con su magnetismo indiscutible, el dipolo resultante bastó para convertir en atrayente a cualquier ser viviente que se perfilara como “líder” opositor, así este fuese de taxonomía dudosa. Y este polo negativo sobre el cual se aglutinaron los votos de quienes adversaban a Chávez -y que irracionalmente sufragaron por el primero que se les puso en frente-, terminó por convertirlo en el flamante alcalde de todos los merideños que lo padecimos todos estos años.

II

El uso de slogans como elemento persuasivo es, en esta época, eficaz y necesario. La diversificación de los medios, la expansión de las telecomunicaciones, el incremento en el número de usuarios, la accesibilidad, utilización y manejo de los mismos por parte de los interesados, han dado como resultado la necesidad de condensar los mensajes y la pauta parece ser la parquedad de los mismos.

Toda estrategia de marketing electoral incluye entonces un lema que, con la fuerza de lo conciso, distinga su propuesta de las de sus adversarios y además le permita cabalgar con comodidad en el mundillo de las redes sociales.

El político -asesorado por su equipo de campaña-, utiliza entonces un slogan que sintetice su propuesta, una frase que se ancle a la psique del elector y que en una asociación pavloviana identifique el producto-candidato con el lema-promesa.

Este condicionamiento clásico se inserta con toda facilidad en las diversas presentaciones disponibles de las redes sociales y, tocando las fibras más primitivas del hipocampo votante, convoca o bien a drenar la arrechera quemando hospitales y asesinando chavistas o bien al sufragio por el inepto más cercano a su corazoncito opositor.

El lema entonces se convierte para bien o para mal, en la marca personal del candidato. Una frase creativa sustituye la ausencia de contenido. Una expresión fortuita se transforma en un signo comunicacionalmente esencial para presentar al individuo. Este slogan permite condensar toda la oferta política en una escueta información propagandística.

III

Ejemplos a lo largo de la historia hay muchos y hay algunos que incluso se han vuelto herencia universal. Yo pronuncio “I have a dream” y usted sabe de una quien lo dijo. “Ese hombre si camina…”, “Democracia con energía”, “Gracias a ti”, “¡Correcto!”, “¿Con quién estás tú compañero?”, hasta un silbido particular emitido por un pitico llegó a identificar a un candidato. Chelique Sarabia era un genio en esto de los avatares. “El cambio va”, “Luís Herrera arregla esto”, “¿Y dónde están los reales?”. “Por Ahora…”, “¡Vamos con todo!”, “Por amor”.

El lema subsiste incluso a la campaña y todos recuerdan el éxito o el fracaso del individuo aferrado a la frase publicitaria.

La palabra slogan parece que proviene del escocés gaélico “sluagh ghairm” que se pronuncia simplemente “slogorm” y que se traduce como: “grito de batalla”.

A la guerra se va con un grito y esta exclamación intenta interpretar el clamor de una comunidad.

IV

Pero a veces es al revés y una frase se apropia del alma de un personero público y lo cubre como una gris y pesada lápida.

Es así como al alcalde de Mérida y a su infausta gestión lo identifica la raya.

El mismo se lo buscó. Entre las pocas cosas que ha realizado destacan la instalación de un semáforo cercano al terminal de pasajeros que genera congestionamientos hasta fuera de las horas pico y que ha ocasionado una elevación importante de las cifras de colisiones vehiculares y la colocación de unos rayados reductores de velocidad donde a él o alguno de los genios de su equipo asesor les ha salido de debajo del forro de las mangas.

Es así como, de las pocas avenidas con las que cuenta la ciudad de Mérida, sobre la avenida Los Próceres por mencionar un solo ejemplo, han proliferado como si de hongos se tratara los famosos reductores de velocidad, eufemismo con el que se suaviza su verdadero espíritu: destructores de vehículos a cualquier velocidad.

Me imagino que el alcalde en conversación con los dueños de talleres y de expendedores de autopartes llegó a un acuerdo sensato “Ustedes me dan los materiales, yo pongo los obreros de la alcaldía para que instalen los reductores y vamos a medias con las ganancias, de ahí saco para financiar mi próxima campaña”. Algo así debe haber sido, pues el sadismo con el que fueron instalados los dichosos gendarmes dormilones estos, no deja otra opción al pensamiento.

Los más notorios de estos bichos se encuentran alrededor de una venta clandestina de especies alcohólicas que todo el mundo conoce y enfrente de la cual ocurren feroces accidentes, puesto que está harto demostrado que volante y alcohol son una mala mezcla.

Pero a nuestro flamante alcalde copeyano de origen y amante del capitalismo salvaje, no se le ocurrió en ningún momento eliminar la venta de licores ¡No!, ¿Cómo iba a impedir el libre emprendimiento?, que se jodan todos los ciudadanos pero “¡Con mis comerciantes no te metas!”.

Ahora la raya lo identifica. La gestión del alcalde saliente de Mérida es una raya y entre los miembros de su cebruno equipo se encuentran el que ahora aspira a ser electo burgomaestre por el sector oposicionista y a muchos de los que, como integrantes cercanos de su eventual equipo de gobierno lo acompañan.

Espero que cuando vayan a votar y pasen por cada uno de estos reductores de velocidad cada uno de los electores recuerde que esa no fue obra del gobierno de Chávez o del de Maduro si no producto de una mala gestión municipal de un funcionario que eligieron más por ser opositor que por haber demostrado eficiencia en alguna de las tareas que le había tocado ejecutar.

“Yes, we can”.

domingo, 8 de septiembre de 2013

¡PELIGRO! Zona de Derrumbe



El Proceso ha entrado en una peligrosa zona de derrumbes. “Por ahora” la cara risueña del capitalismo es lo único que con fuerza se nos ha mostrado o permitido observar. Es difícil, muy difícil derrotar la imagen edulcorada que nos han vendido. La calle limpia y sin huecos, la casa inmensa majestuosa, el jardín bien cuidado y florido, el carro grande último modelo, la esposa impecable preciosa, la despensa repleta bien surtida, el marido apoltronado y sonriente leyendo el periódico, los muchachitos catiritos atléticos jugando sin hacer ruido, el perro hermoso oloroso de pelo brillante y sin pulgas… esta imagen bucólica se encuentra impresa en lo más profundo de la psique colectiva de occidente. 


El gran fraude del Capitalismo radica en hacernos creer que ese pastoril espejismo es compartido por todos los integrantes de la sociedad, que todos los ciudadanos son bienvenidos al festín de la abundancia y nos esconde su otra faz en el patio trasero.


El envés de esta historia nos muestra el robo de la riqueza social por parte de una pequeña fracción de individuos, la oligarquía, que es la que ostenta verdaderamente la riqueza, la que la acapara, la administra y la disfruta. Los países subdesarrollados, los habitantes del tercer mundo, soportamos con nuestras carencias el rostro idílico de la sociedad de consumo.


Los niños de la calle, los desechables, los recogelatas, los huelepega, los desahuciados son el subproducto prescindible y no deseado del sistema proveedor de bienes de consumo. Quien no cuente con un poder adquisitivo suficiente como para hacer girar las ruedas de la industria no es bienvenido.


Este fraude hollywoodense trae aparejado consigo la pobreza espiritual, el egoísmo, el desarraigo, el no sentirse bien con lo que se tiene, con los que se convive, ni siquiera consigo mismo que nos devuelve unos cuantos tramos en la escala filogenética y nos convierte en seres individualistas, materialistas, que no reparamos si no el bienestar propio, llevándonos en los cachos a todo aquel que se interponga en nuestro camino hacia el “éxito”.


El progreso anhelado, la acumulación de capital, la adquisición de objetos cada vez más inútiles,   impiden de facto la construcción del socialismo. Se ha generado así en Venezuela una revolución democrática burguesa que, como su nombre lo indica es dirigida por la burguesía, obviamente la de viejo cuño que jamás ha sucumbido y que ha permitido a su sombra y con sus despojos el desarrollo de lo que ellos mismos despectivamente, llaman “la boliburguesía”. 


La revolución venezolana entonces, tiene una gran falla de borde en su ideología. Con acento reformista, nuestro Proceso apuesta al desarrollo y consolidación de las “fuerzas productivas” otorgándoles dólares, líneas de crédito, incentivos a la productividad, exenciones, en fin privilegios a quienes capitalistas al fin, expolian especulan y explotan a la sociedad que en ellos confía y que a través del gobierno pone los recursos de la nación en sus manos.


Surge impertinente la pregunta del millón: ¿Por qué si son “inversionistas” esperan que el Estado (del que denigran), les otorgue los recursos necesarios para instalar sus emprendimientos?, ¿Por qué no arriesgan su propio capital para cristalizar sus ideas?, ¿Por qué si creen en la competencia, en el libre mercado, exigen medidas proteccionistas por parte del Gobierno, ese mismo gobierno al que quieren derrocar?.


Si… ya sé, fue más de una pregunta, pero exaspera esta moneda de dos caras con la que actúan los “capitalistas” vernáculos y las interrogantes en cascada comienzan a brotar. Por un lado despotrican del Gobierno y por el otro le estiran la mano para financiarse.


Pero lo que más revienta es la actitud gubernamental, la complacencia con la que cobijan a nuestra pequeña burguesía, la zalamería con que la festejan.


Los representantes del gobierno se sientan con los explotadores del pueblo -el Pueblo que los llevó y los ha mantenido en el poder con las esperanzas puestas en su redención-, y sonríen orgullosos porque salen en las fotografías de los diarios abrazados a alguien con nombre de abolengo. 


Resultado de esas mesas de trabajo, de esos famosos diálogos: encarecimiento de los productos que estos “empresarios” elevan por varias vías, la del enlentecimiento o el recorte de la producción, la del acaparamiento, la de la especulación franca por la calle del medio, la de la extorsión, etc. 


A la sombra del Estado una nueva clase empresarial ha surgido y para nadie es un secreto puesto que nuevos ricos al fin, les encanta exhibir su fortuna repentina. Nuestras calles son la vitrina de esta nueva opulencia. Ya ni hablar de carros nuevos porque eso es muy poco para lograr el anhelado blanqueo sanguíneo, ahora tienen que ser blindados y con escolta, ahora debes presumir Rolex en la muñeca, Cartier en el dedo, Etiqueta Azul en el vaso, Sansung Galaxy al oído y carajita super Tuning a un lado. 


Esta situación evidentemente permea desde las altas esferas del poder hacia los hilos más profundos de la urdimbre social y en un afán renovado por escalar hasta la cima, el común de la gente deja a un lado moralidad, principios y escrúpulos. 


Si a ver vamos, ¿por qué no hacerlo? Si los antiguos vecinos de la cuadra, si los compañeros de la esquina, si el panita de tragos y partiditas de chapita te pasan por un lado en plan de empresarios exitosos, ¿Por qué entonces no desviar un tanto los bienes de todos para su propio beneficio y usura?. 


No es extraño entonces que los recursos asignados a los consejos comunales no rindan, no resulta insólito que el presupuesto asignado a una obra se evapore, no es anormal que un camarada aproveche su puesto en X oficina para pedir alguito por acelerar un trámite burocrático que de paso fue puesto allí con ese explícito fin, el de ser un elemento corruptor de individuos.


Si no ¿Quiénes son los que venden el harina con sobreprecio en los puestos de buhoneros?, ¿Quiénes son los que venden sus cupos de dólares a cambio de un viajecito y unos cuantos miles de bolívares? 


El Gobierno a la vez confía en la madurez política del pueblo y cree en la incorruptibilidad de sus individuos. Desafortunadamente estas dos condiciones no existen.


Y no existen por dos razones: la primera, que nadie además y después de Chávez se ha tomado la molestia de realizar esa labor casi que evangelizadora de penetrar en las comunidades a enseñar los principios sobre los que se soporta el socialismo, y la segunda que, debido a la  tentación constante de la renta petrolera sumada a la ineficiencia del gobierno para corregir las desviaciones del proceso, resultan en terreno movedizo sobre el cual lo que se construya está destinado indefectiblemente a colapsar.


La calle en ruinas llena de huecos y basura, el apartamentico de 60 m2, la despensa vacía porque no hay harina, ni azúcar, ni café, ni crema dental, ni un carajo, la nevera con la puerta abierta porque se dañó con uno de los últimos apagones, la mujer con los rollos en la cabeza y el menorcito berreando en los brazos, el marido con una cerveza en la mano rascándose la barriga mientras ve en la tele el sorteo del kino, los otros dos chamos brincando y pegando gritos, el perro hediondo y garrapatoso no son buena publicidad para “vender” el socialismo.


Nos encontramos entonces nuevamente en una disyuntiva, sentarnos a dialogar con los empresarios y tomar de vuelta el camino del capitalismo -que significará no lo dudo, un pedregoso sendero sembrado de sufrimiento y bordeado de represión, o profundizar nuestro tránsito por la vía revolucionaria sin atajos ni desviaciones hasta alcanzar el fin último, el primigenio objetivo… el bienestar del hombre, del ser humano sin distingos.

miércoles, 21 de agosto de 2013

La Metamorfosis

Afortunadamente para todos -incluyéndolos a ellos mismos-, la dirigencia opositora venezolana ladra, y mira que aúlla lastimera y fuertemente…  pero no muerde nada.

Pensándose mejor que los demás, la oposición venezolana, como si de Gregorio Samsa se tratara, se despertó una ya lejana y brumosa mañana convertida en una de esas verdes y pesadas moscas que uno observa en los ventanales de los restaurantes. Ellas están adentro, resguardadas del bochorno tropical del mediodía por la suave brisa del aire acondicionado, pueden tener la mesa dispuesta, colmada de ricos manjares que los comensales distraídos imbuidos en conversaciones triviales, absortos en pensamientos inescrutables, olvidan defender o no están dispuestos a resguardar, pero esos moscardones verdes siguen dándose cabezazos contra el vidrio reclamando con un zumbido monótono una libertad que jamás se ha ido de sus alas, que simplemente verían si no insistiesen en golpearse tercamente contra el traslúcido cristal.

Bastaría con que se dieran la vuelta, con le dieran por un instante la espalda al vidrio y se colocaran de cara al país, con que dejaran por un segundo la petulancia de creerse descendientes directos de alguna recóndita monarquía europea venida a menos y que, asumieran que en verdad, nunca han sido ni serán mayoría de nada en ningún lugar, que nunca han representado ni representarán los intereses de las grandes masas humildes y trabajadoras que constituyen el músculo de la nación su masa laboral, porque sencillamente los detestan, porque al igual que George Bush en Haití o María Machado en La Bombilla de Petare, después de tomarse la fotografía de rigor sentirán la imperiosa necesidad de limpiarse el pringue que el contacto efímero con alguien de la calle les deja, urente, en su necesidad de distancia social.

Es por esta circunstancia que insisten en declarar que: “Venezuela no tiene remedio mientras se mantenga bajo un régimen amoral, altamente incompetente y corrompido como el actual. La necesidad de un cambio definitivo es compartida por la gran mayoría de compatriotas que se mantienen aferrados a principios y valores fundamentales”.(1) Y esto lo sostiene nada más y nada menos que Oswaldo Álvarez Paz, entonces no les miento al señalarles que no tienen conciencia de sus defectos. Ese señor, conspicuo representante de lo más abyecto de la politiquería cuarto republicana se erige en custodio de los principios y valores fundamentales de la moralidad pero, ¿No es siguiendo su “ejemplar” vida que, en estos momentos miles de compatriotas salen hacia el Ecuador y Perú estafando al resto de los venezolanos, esquilmándole al Estado los dólares subsidiados que éste ofrece para viajes para luego de una semana a pan y diablito, volver y venderlos en el mercado paralelo, quitándole en nombre de la libertad divisas al presupuesto que se necesitan para adquirir insumos, alimentos y medicinas?

Siempre existirán desclasados que, no queriendo tener conciencia de su lugar en la tradicional urdimbre social  exclaman: “Venezuela se desliza aceleradamente por el despeñadero, la falta de políticas económicas coherentes, de dólares y la crisis alimentaria se llevará en los cachos no solo al gobierno de Maduro, sino desestabilizará al de Cuba, que se encuentra muy afectado por el desabastecimiento, porque todos los productos se los envía Venezuela.”… “El problema es que no hay dólares, ni para abastecimiento, ni para resolver las contingencias sociales que se presentaran como consecuencia de la parálisis económica, la crisis hospitalaria, la eléctrica y el fracaso estridente del Plan Patria Segura, que parece tener como premisa ‘dispara primero y averigua después’. Maduro no sobrevivirá a un Caracazo…”(2)

¿“Disparen primero y averigüen después”… en qué contexto se habrá escuchado antes esa expresión?. Me parece que adjudican su autoría al “padre” de la democracia, ¿No fue Rómulo Betancourt el que pronunció por primera vez esa frase lapidaria? Pero es a esta administración permisiva por demócrata, en donde cada uno hace o dice lo que le da la real gana sin que su casa sea allanada, sin que su mandíbula se quede sin dientes y sin que sus costillas sepan que es un planazo, a quien se acusa de despótica y autoritaria.

Hasta disponen la ilegitimidad de Nicolás Maduro despachando el argumento peregrino y xenófobo del origen cucuteño del mandatario electo basándose en supuestos y en chismes de vecindad: “Mientras los filtros para bloquear páginas y cuentas en la redes no se implementen, los internautas estaremos informados sobre asuntos trascendentes como la partida de nacimiento de Nicolás Maduro, lanzada este lunes por el ex embajador panameño ante la OEA Willy Cochez, que probaría que el Presidente en ejercicio no es venezolano por nacimiento sino colombiano, según el Registro de Cúcuta - partida 47, Tomo 22 A-, que de ser cierta es evidencia de una violación a la Constitución, que exige que para ser presidente de Venezuela -art. 227-  se debe ser venezolano por nacimiento. Se tiene que comprobar la constitucionalidad de Maduro y tanto el Gobierno como la oposición están obligados a fijar una posición.”(3) Recuerdo que de Carlos Andrés Pérez se decía lo mismo, pero ignoro si la vehemencia con que esgrimen hoy esa premisa era similar en aquel entonces.

En todo caso, prefieren creer en Cochez, quien a decir de Roy Chaderton -hombre comedido y sensato-, no es ni un político, ni un diplomático, ni un caballero, que en las instituciones venezolanas y todo por su palmaria incapacidad para ganarse al pueblo.

Dándoles el beneficio de la duda, cuesta creer que personas del medio periodístico o artístico escupan para arriba y pongan en duda a priori las capacidades que pudieran poseer sus compañeros de la farándula para proponer una gestión y organizar un equipo que la lleve a cabo. Para ellos el presidente Maduro “…sigue metiendo las extremidades, incluso en acciones políticas, como la selección de candidatos a alcaldes que solo tienen vida en la industria del entretenimiento y provocan un gran rechazo en las filas del partido de gobierno. Las elecciones municipales del 8D serán un plebiscito. Si los venezolanos salen masivamente a ejercer el voto castigo, Maduro estará liquidado…”(2)
Los menosprecian por chavistas, no por ser locutores o deportistas destacados. Se olvidan de julio Borges quien dio sus pininos conduciendo un programa malo pero televisado llamado “Justicia para todos”. Rechazan la virginidad política. Prefieren la ignorancia demostrada de un Capriles o de un Rosales. Prefieren la deshonestidad de Caldera, López, García o Mardo.

Como el resto de los integrantes de la familia Samsa en el fabuloso relato de Franz Kafka, la oposición venezolana desprecia a sus propios hermanos, los diferentes, los extraños, son rechazados así hayan vivido por mucho tiempo de ellos y de su trabajo.

Por fortuna para todos -incluyéndolos a ellos mismos-, la dirigencia opositora venezolana es una sistemática e infalible enterradora de primaveras, por lo que con cada uno de sus ladridos, de sus aullidos destemplados, conjuran los peligros de sus mordiscos hidrofóbicos.


(1): Álvarez Paz, Oswaldo. Ambiente de tragedia y fatalismo. Agosto 21, 2013.
(2): Salazar, Marianella. Sálvese quien pueda. Agosto 14, 2013. http://www.el-nacional.com/opinion/Salvese-pueda_0_244775700.html
(3): Salazar, Marianella. Indignidad nacional. Julio 31, 2013. http://www.el-nacional.com/opinion/Indignidad-nacional_0_236376650.html



domingo, 7 de julio de 2013

Adán Chávez sabe algo…

Definitivamente el gobernador actual del estado Barinas sabe algo que los demás mortales desconocemos. Él, tiene fuentes privilegiadas y confiables que le proporcionan informaciones valiosísimas.

El hombre está  dateado, lo sé…

¿Que cómo descubrí que el gobernador anda en algo y conoce algo que nosotros ignoramos?, ¡Muy fácil!, no hay que ser muy observador para darse cuenta, basta un simple viaje por la carretera entre Barinas y Mérida para que el descuido en que mantienen el lado barinés de esta importante vía nos haga entender que allí pasa algo, que ahí ¡hay gato encerrado!.

Esta vez no fue necesario  contar con un yerno contratista del gobierno, con la prima de una vecina casada con un general, ni siquiera hubo que seguir en twitter al bocón de Bocaranda para descubrir la verdad absoluta de esta profunda desconfianza.

Una sencilla travesía desde los andes a los llanos bastó para desenmascarar toda la verdad. Un viaje que en los kilómetros  merideños resultó apacible, culminó en algo más doloroso que una sesión de “insanity” realizada un día después de pasar un dengue o las secuelas de la AH1N1.

Resulta que Adán Chávez sabe algo y ya no lo puede seguir ocultando. No sé, de repente el G2 le informó acerca de la inminente desaparición de nuestras reservas petroleras aspiradas desde los Estados Unidos por un oleoducto transcaribeño que depositaría derechito en Texas, como para que nadie se diera cuenta, íntegras nuestras cuantiosas reservas de crudo.

O tal vez y sin querer caer en la teoría de la conspiración, fuentes extraterrestres le susurraron al oído en medio de una abducción que, el fin del automóvil es inminente, que será substituido por vehículos voladores con propulsión gratuita gracias a pequeños reactores internos de fusión de hidrógeno.

Tiene que ser eso, algunos hombrecitos grises y ojones le informaron al gobernador barinés la obsolescencia del automóvil. Es por esto que el sabio Adán no le ha metido medio más a la carretera trasandina enterado como está de la inutilidad de tal inversión. ¿Para qué más asfalto desperdiciado en esa inservible  cinta negra, si ahora aeronaves personalizadas levitarán sobre los accidentes geográficos, sobre los  bosques, sobre las cumbres andinas y se reirán al pasar por la ingente cantidad de mugrosos huecos que existen en la vía andina?

Está bien entonces la actitud de Adán, ¡Tiene razón el gobernador llanero en ser inmisericorde con los transeúntes que se atreven a desandar por la carretera del páramo! Al manejar información clasificada puede hacer lo que no logran los otros gobernadores de estados vecinos, invierte sus recursos en la construcción de estaciones aéreas de despegue y aterrizaje para las naves espaciales, instala una fábrica de platillos voladores en Sabaneta, destina recursos para la edificación a la vera del Caipe de una refinería de hidrógeno para surtir el tanque de los pequeños OVNI’s que dentro de poco surcarán el cielo barinés. Lo malo es que, para no tener que revelar sus fuentes -me imagino-, el camarada no haya dicho la razón verdadera de su desdén institucional por los conductores de esa vía.

Pudiera ser y esta es sólo otra de las teorías posibles, que ya esté al menos en un 50 % ejecutada la autopista Barinas-Mérida que según recuerdo haber leído (http://caracas.psuv.org.ve/2012/11/09/portada/candidato-por-el-estado-barinas-adan-chavez-presento-plan-de-gobierno-2012-2016/#.UdiqsdKmjko), el mayorcito de los Chávez prometió realizar durante los días de su campaña y el muy rolo e´vivo nos tiene preparada una sorpresa quizás para finales de este año, e inaugure la flamante supercarretera.

La otra cosa que tal vez  esté pasando es que el gobernador de Mérida en el ánimo de una zancadilla, le esté jugando burro negro a su homologo sabaneteño y para hacerlo quedar  mal, con premeditación y alevosía -¡eso no se hace Alexis!-, haya mandado a asfaltar, demarcar con sus buenas rayas blancas y además haya llenado de “ojos  de gato” hasta convertir en un sueño el pedacito de calzada entre Apartaderos y la Raya, sólo por hacer quedar mal al camarada Adán.

Prefiero creer que los extraterrestres nos vigilan y que para el próximo viaje, pilotando una confortable nave espacial como las del los Supersónicos, me vacile desde las alturas la irremediable pérdida de dinero  que, por no  haber tenido ayuda alienígena, el gobernador de Mérida echó a la basura, o mejor dicho a la calle.

jueves, 2 de mayo de 2013

PERDIDOS EN EL ESPACIO



I


Tal vez el título no signifique absolutamente nada para los lectores con menos de treinta años, pero de seguro despertará reminiscencias en todos aquellos cercanos a la cincuentena o que pasaron por allí hace rato, pero que como en mi caso y en mi casa, compartíamos el único televisor destinado al uso y disfrute familiar con una catajarria de primos -mayores y menores separados por una corta diferencia etaria- mientras esperábamos en casa de la abuela la llegada del trabajo de cada uno de nuestros respectivos padres. 


¡Increíble! ¿No? ¡El televisor presidia la sala, un solo aparato para toda una casa de progenie numerosa!… y también para algunos de los vecinos, que se dejaban caer en la nochecita prolongando la visita hasta después de finalizada la novela.


Los más chicos esperábamos cada tarde después de la tarea, la programación infantil que para aquella época todavía no había demostrado su utilidad para ocultar golpes de estado. Tom y Jerry solo eran personajes de dibujos animados, no aspiraban a ser personeros del ámbito político. Las comiquitas se las dejaban a otros.


II


Para el segundo lustro de la década de los 60’s, apareció en nuestros televisores una nueva fuente de sueños y aventuras: una familia completa era enviada al espacio a bordo de una nave que despegaría de La Tierra un día lejano, el 16 octubre  de 1997, rumbo a Alfa Centauri, convirtiendo a estos terrícolas criogenizados en los nuevos colonos de finales del siglo XX, embarcados en su magnífica nave de titanio, el Júpiter 2.


La familia Robinson se convirtió en un ícono para los párvulos nacidos en plena Guerra Fría y el sueño infantil de alcanzar otras orillas ahora intergalácticas se hizo aspiración de unos cuantos que se debatían entre dedicar su vida a la exploración de las profundidades marinas de la mano de Jacques Costeau o de lanzarse a la conquista del espacio sideral emulando a Yuri Gagarin o a Niel Armstrong. 



III


En algún momento de su carrera El Zorro -Guy Williams- mandó bien largó al carajo a su caballo Trueno, colgó su espada, se quitó el bigote (tal vez premonitoriamente para no parecerse a Maduro), la capa y el antifaz y se convirtió en el profesor John Robinson comandante de una misión espacial.


La serie Perdidos en el Espacio (“Lost in Space” o simplemente LIS por sus siglas en inglés) nos ilustra, como si su creador, el productor Irwin Allen, hubiese contado con una bola de cristal sintonizada en la Venezuela de las dos primeras década del siglo XXI, acerca de la composición nuestra sociedad y el comportamiento de nuestros compatriotas contemporáneos. 


La familia Robinson al igual que el colectivo nacional venezolano, se embarcan en una aventura para lograr una mejor vida escapando de un planeta devastado por un sistema consumista, superpoblado y con escasez de recursos naturales, debido al comportamiento depredador de la sociedad capitalista de los años sesenta, pero… ¡oh sorpresa! Un espía al servicio del Imperio -en este caso el soviético, puesto que la serie era americana-, el Dr. Zachary Smith, se cuela dentro de la nave espacial con la finalidad de sabotear la expedición cósmica y logra desde los primeros capítulos torcer el rumbo de la trama convirtiendo en errancia lo que parecía un viaje programado, apacible y sosegado.


IV


Una de las series más significativas de la década del sesenta y la favorita de muchos de los sobrevivientes de esos años, Perdidos en el Espacio nos cuenta entonces la división dentro de la nave entre la mayoría que quiere alcanzar ese planeta utópico que gira alrededor de una estrella binaria situada exactamente a 4.37 billones de kilómetros de distancia de nosotros, la mítica Alfa Centauri y una minoría inconforme que obedece los caprichos de un solo hombre.


John Robinson, comandante electo en la tierra para dirigir la misión y el resto de los tripulantes de la nave confiados en que se respetará la decisión tomada, entran en animación suspendida y pretenden continuar como pop cicles humanos hasta llegar a su destino pero, el inconforme infiltrado, el Dr. Smith como si se tratara de un Henrique Capriles cualquiera arma un zafarrancho, desconoce el mando, y  pretende que el Robot de a bordo lo secunde en sus planes de adueñarse del control de la nave intergaláctica.


Resultado de la rabieta de Capriles, digo del Dr. Zachary Smith, la nave sufre los embates de una lluvia de meteoritos en el mismísimo primer capítulo, que los aleja de su itinerario.


El Robot como si fuera una Tibisay Lucena transistorizada advierte a gritos: “¡Peligro!, ¡Peligro!, ¡Peligro!”, pero nadie le para bolas.


Al contrario, el Dr. Zachary Capriles Smith trata de sacarle al Robot una especie de cartucho que tenía en la espalda con toda la data para inutilizarlo y volver al recuento manual, perdón a operar manualmente la aeronave, un exuberante platillo volador metalizado que emitía un zumbido muy original.


A todas estas la tripulación sale de su estado letárgico inducido criogénicamente y los niños de a bordo como si de manitas blancas se tratara se dejan manipular por el Dr. Smith Capriles y lo ayudan a poner ¡cada torta!, lo que los lleva a pasar más trabajo que el abdomineiser que usa el del muñeco de la propaganda de Michelin.


V


El Dr. Smith está loco, el mismo sabe que no posee ni los conocimientos ni las habilidades para conducir una nave espacial pero intoxicado de poder se empeña en ser nombrado comandante, es más pide que lo traten de Lord Zachary Smith Capriles Radonski Emperador de la Galaxia.

A pesar de las advertencias del Robot CNE2013 Lucena, y de la desconfianza del piloto, Mayor Don West -especie de Diosdado Cabello galáctico que desconfía siempre de las intenciones y de los planes del Dr. Smith-, el Comandante Maduro… es decir John Robinson, se deja robar la iniciativa en múltiples ocasiones por el impertinente Dr. Zachary Smith Capriles y a pesar de que este último es el villano de la serie, termina por tener el apoyo de una parte importante de la teleaudiencia.


Conocedor de ese efecto sobre los televidente y siguiendo las instrucciones que le dictan los guionistas del Imperio el Dr. Zachary Smith Capriles pone en peligro constante la estabilidad de la nave y las vidas de los Robinson, especialmente las de Judy, Will y Penny, los más jóvenes y manipulables de la tropa sideral a quienes envía como carne de cañón a enfrentarse a toda una serie de adversidades, desde cocerse la boca pasando por quemar palmeras y sufrir una dieta sólocachitos, hasta enfrentar a los cíclopes.


Los críticos se quejaron en innumerables ocasiones acerca del argumento y el desempeño de Perdidos en el Espacio, alegaban que esta era el equivalente televisivo de mostrar espejitos para distraer la atención de una teleaudiencia poco exigente, a lo que el productor Irwin Allen respondía: “Don’t get logical with me!” equivalente anglosajón al castizo “¡No se pongan lógicos conmigo!”


Henrique Capriles al igual que el Dr. Smith de la serie y los productores de el espectáculo político-electoral actual como si se trataran de Irwin Allen desconocen la realidad de un pueblo que ha comenzado a notar las diferencias entre temas de pacotilla como el de Perdidos en el Espacio falto de apego científico y la realidad que a veces por dura nos enseña a los trancazos a quitarnos de encima los argumentos banales.


Escuchemos por una vez aunque sea los consejos del Robot CNE2013 Lucena cuando agitando desesperado sus extensibles brazos y gritando con su voz metálica nos advierte: “¡Peligro!, ¡Peligro!, ¡Peligro!”

viernes, 19 de abril de 2013

Antes de que se abran las cajas

Debido al berriche armado por un hombre inmaduro, caprichoso y malcriado se va a efectuar uno de los actos más estúpidos que haya realizado la democracia venezolana en esta nueva era de cambios revolucionaros, más allá, en los últimos cincuenta años… y si curucuteamos un poco en la historia política universal tal vez más.
El niñito mimado de su casa Henrique Capriles Radonski, mal acostumbrado por sus padres a obtener lo que quisiera por cualquiera de los medios imaginables, ha logrado nuevamente, luego de una pataleta atroz y soez, el que le complazcan su petición de reconteo de votos a la usanza antediluviana del recuento manual.
No sé cuantos millones de bolívares se han gastado ni cuantos miles de horas-hombre se han destinado a construir la moderna plataforma electoral con la que cuenta hoy día el pueblo venezolano; no sé cuantos recursos se han invertido para inculcar confianza en el electorado ni sé cuantas campañas se han gestado para educar al pueblo en la utilización de este recurso; no sé cuantas cuartillas se han empleado escribiendo acerca de las bondades del sistema electoral automatizado y ya perdí la cuenta de a cuanto pingo han traído tanto el gobierno como la oposición venezolana para que luego de varios días de holgura faraónica subsidiada con dinero que pudiera ser destinado a mejores causas termine declarando el fulano de marras que: “¡“Éste” es el mejor sistema electoral del mundo!, ¡El  más seguro!, ¡El mejor blindado!, ¡El más confiable!”
Y sin embargo, ante los deseos de un solo hombre, flaquean las fuerzas, surgen las dudas, renace la desconfianza, reculan las instituciones y se vuelve al arcaico procedimiento de contar papelitos que ya creíamos pertenecía al museo de la infamia comicial cuartorepublicana.
Henrique Capriles Radonski logró a un costo muy elevado que incluye zozobra y desasosiego colectivo, pérdida de bienes materiales y el sacrificio injustificable de vidas humanas, el que le concedieran el contaje del 46% restante de las urnas electorales que no habían sido previamente revisadas, es decir que ya antes más de la mitad de las cajas, o sea el 54% había sido previamente auditada.
Por su grosería ya hubo ocho muertos (1), hubo perdida de bienes comunales, centros asistenciales destruidos, casas incendiadas, manifestantes heridos, hermanos absurdamente enfrentados.
La inconsistencia de los argumentos esgrimidos por Henrique Capriles Radonski para solicitar la apertura de las cajas de votación no es numérica, es mental y no aguanta una sesión de polígrafo como sus declaraciones de fraude respecto a los resultados obtenidos en las mesas del Liceo Bolivariano Antonio José Saldivia, ubicadas en Carache estado Trujillo.
Por eso antes de que se abran las cajas del último proceso electoral, les pido a mis compatriotas ofuscados que abran la página web del CNE y que trate cada uno de ellos en la soledad de su amargura de constatar la veracidad de las acusaciones que lanzó su “líder” Henrique Capriles Radonski.
Antes de tomar nuevamente su cacerola y abrir otra vez el balcón de su apartamento o la ventana de su casa, los insto a recapacitar un momento y a preguntarse: ¿Si la democracia es el gobierno de la mayoría y 50.78% es mayor que 48.95%, entonces que reclamo?
Antes de hacer oídos a los rumores que se esparcen como el polvo sin sostén y con el viento, por qué no preguntarles a su respectivo comandos de campaña o a sus representantes que antes de realizarse el proceso eleccionario se ufanaban de poseer una inmensa maquinaria que llegaba hasta los lugares más recónditos de la geografía venezolana y de contar con testigos en cada una de las mesas: ¿Por qué esos mismos testigos no salen a declarar la veracidad de las acusaciones?
Antes de volver a empuñar los fósforos e incendiar el próximo contenedor de basura pregúntense a ustedes mismos ¿Cómo carajos hizo este gobierno -“que es tan inepto”- para sacar de cada uno de sus respectivos centros electorales a punta de pistola, amenazados, delante de cientos quizás miles de furibundos votantes opositores y de alguno que otro periodista o fablistán tarifado a ciento diecinueve mil quinientos testigos de mesa reportados por Carlos Ocariz director nacional del comando Simón Bolívar un día antes de realizarse el proceso electoral (2)?
Antes de romper el primer precinto y de escuchar el sospechado ¡Ohhh! De desconsuelo: ¿Por qué no atreverse a pedir explicaciones a su “líder” Henrique Capriles Radonski acerca de las supuestas cajas de votación encontradas en Barinas y Barquisimeto? Según declaró Tibisay Lucena el día previo a los comicios 39.018 mesas fueron instaladas y dispuestas por todo el territorio nacional para recibir a 18.043.674 hipotéticos votantes (3). Está claro que de aquellas, 17.948 cajas deberán ser abiertas y recontadas sus papeletas. Si el 54% pudo ser sometido a revisión en menos de medio día, este contingente de urnas deberá serlo en un ratico y así de una buena vez nos quitaremos de encima el chichón del Henriquito.
Antes de colocar la primera barricada, antes de ocasionar el primer accidente, les conmino a preguntarse: ¿Será capaz Henrique Capriles Radonski de asumir -como en 1992 lo hizo Hugo Chávez Frías-, la responsabilidad por los desastres ocasionados por las bandas de furibundos opositores luego de haber sido publicadas (por El Nuevo País) unas fotografías viejas de destrucción de material electoral obsoleto (de las elecciones de 2010) comentando que ese era el destino del empleado en el último proceso?
Antes de abrir las cajas le pido a Henrique Capriles Radonski que abra bien sus ojos y mire con detalle las fotografías con el rostro de los 8 muertos –oficiales, deben ser más- que debe depositar en el cementerio personal de su conciencia, que observe las cajas de venezolanos que no debieron haber muerto por su causa.
Hay una variedad de peces, los cíclidos, que guardan a las crías en sus bocas, cada vez que acecha un peligro, como padres responsables recogen la nube de alevines dejándoles entrar a sus bocazas, Al menos 7.575.704 venezolanos estaríamos altamente interesados en ver como Henrique Capriles Radonski abre sus fauces y recoge sus irresponsables palabras.
Antes de abrir las cajas por qué no pedirle al candidato perdedor Henrique Capriles Radonski que consigne en acto público una declaración de aceptación definitiva de los resultados para que no vaya a salir más adelante con otra barrabasada y nos someta nuevamente al espectáculo tragicómico de otro de sus berrinches.
El “pelito” que trata de ignorar o al menos minimizar Henrique Capriles Radonski sobrepasa el cuarto de millón de personas, 273.056 para ser exactos entre los que se encuentran mi voto y seguramente el de usted que ha tenido la paciencia de llegar hasta este punto de la lectura. Yo quiero que mi voto se respete y por más cacerolas que suenen y por más pataletas que se escuchen la voz de la mayoría del pueblo venezolano tiene que ser respetada.
Antes de que se abran las primeras cajas electorales invito a todos a abrir los ojos y a reflexionar para no terminar abriéndole las puertas y las piernas a quien viene a esquilmarnos.