Afortunadamente para todos -incluyéndolos a ellos mismos-, la dirigencia
opositora venezolana ladra, y mira que aúlla lastimera y fuertemente… pero no muerde nada.
Pensándose mejor que los demás, la oposición venezolana, como si de Gregorio
Samsa se tratara, se despertó una ya lejana y brumosa mañana convertida en una
de esas verdes y pesadas moscas que uno observa en los ventanales de los restaurantes.
Ellas están adentro, resguardadas del bochorno tropical del mediodía por la
suave brisa del aire acondicionado, pueden tener la mesa dispuesta, colmada de
ricos manjares que los comensales distraídos imbuidos en conversaciones
triviales, absortos en pensamientos inescrutables, olvidan defender o no están
dispuestos a resguardar, pero esos moscardones verdes siguen dándose cabezazos contra
el vidrio reclamando con un zumbido monótono una libertad que jamás se ha ido
de sus alas, que simplemente verían si no insistiesen en golpearse tercamente contra
el traslúcido cristal.
Bastaría con que se dieran la vuelta, con le dieran por un instante la
espalda al vidrio y se colocaran de cara al país, con que dejaran por un
segundo la petulancia de creerse descendientes directos de alguna recóndita monarquía
europea venida a menos y que, asumieran que en verdad, nunca han sido ni serán
mayoría de nada en ningún lugar, que nunca han representado ni representarán
los intereses de las grandes masas humildes y trabajadoras que constituyen el
músculo de la nación su masa laboral, porque sencillamente los detestan, porque
al igual que George Bush en Haití o María Machado en La Bombilla de Petare, después
de tomarse la fotografía de rigor sentirán la imperiosa necesidad de limpiarse
el pringue que el contacto efímero con alguien de la calle les deja, urente, en
su necesidad de distancia social.
Es por esta circunstancia que insisten en declarar que: “Venezuela no
tiene remedio mientras se mantenga bajo un régimen amoral, altamente
incompetente y corrompido como el actual. La necesidad de un cambio definitivo
es compartida por la gran mayoría de compatriotas que se mantienen aferrados a
principios y valores fundamentales”.(1) Y esto lo sostiene nada más y
nada menos que Oswaldo Álvarez Paz, entonces no les miento al señalarles que no
tienen conciencia de sus defectos. Ese señor, conspicuo representante de lo más
abyecto de la politiquería cuarto republicana se erige en custodio de los
principios y valores fundamentales de la moralidad pero, ¿No es siguiendo su “ejemplar”
vida que, en estos momentos miles de compatriotas salen hacia el Ecuador y Perú
estafando al resto de los venezolanos, esquilmándole al Estado los dólares subsidiados
que éste ofrece para viajes para luego de una semana a pan y diablito, volver y
venderlos en el mercado paralelo, quitándole en nombre de la libertad divisas
al presupuesto que se necesitan para adquirir insumos, alimentos y medicinas?
Siempre existirán desclasados que, no queriendo tener conciencia de su
lugar en la tradicional urdimbre social exclaman:
“Venezuela se desliza aceleradamente por el despeñadero, la falta
de políticas económicas coherentes, de dólares y la crisis alimentaria se llevará
en los cachos no solo al gobierno de Maduro, sino desestabilizará al de Cuba,
que se encuentra muy afectado por el desabastecimiento, porque todos los
productos se los envía Venezuela.”… “El problema es que no hay dólares, ni para
abastecimiento, ni para resolver las contingencias sociales que se presentaran
como consecuencia de la parálisis económica, la crisis hospitalaria, la
eléctrica y el fracaso estridente del Plan Patria Segura, que parece tener como
premisa ‘dispara primero y averigua después’. Maduro no sobrevivirá a un
Caracazo…”(2)
¿“Disparen primero y averigüen después”…
en qué contexto se habrá escuchado antes esa expresión?. Me parece que
adjudican su autoría al “padre” de la democracia, ¿No fue Rómulo Betancourt el
que pronunció por primera vez esa frase lapidaria? Pero es a esta
administración permisiva por demócrata, en donde cada uno hace o dice lo que le
da la real gana sin que su casa sea allanada, sin que su mandíbula se quede sin
dientes y sin que sus costillas sepan que es un planazo, a quien se acusa de
despótica y autoritaria.
Hasta disponen la ilegitimidad de
Nicolás Maduro despachando el argumento peregrino y xenófobo del origen
cucuteño del mandatario electo basándose en supuestos y en chismes de vecindad:
“Mientras los filtros para bloquear páginas y cuentas en la redes no se
implementen, los internautas estaremos informados sobre asuntos trascendentes
como la partida de nacimiento de Nicolás Maduro, lanzada este lunes por el ex
embajador panameño ante la OEA Willy Cochez, que probaría que el Presidente en
ejercicio no es venezolano por nacimiento sino colombiano, según el Registro de
Cúcuta - partida 47, Tomo 22 A-, que de ser cierta es evidencia de una
violación a la Constitución, que exige que para ser presidente de Venezuela -art.
227- se debe ser venezolano por nacimiento. Se tiene que comprobar la
constitucionalidad de Maduro y tanto el Gobierno como la oposición están
obligados a fijar una posición.”(3) Recuerdo que de Carlos Andrés
Pérez se decía lo mismo, pero ignoro si la vehemencia con que esgrimen hoy esa premisa
era similar en aquel entonces.
En todo caso, prefieren creer en
Cochez, quien a decir de Roy Chaderton -hombre comedido y sensato-, no es ni un
político, ni un diplomático, ni un caballero, que en las instituciones venezolanas
y todo por su palmaria incapacidad para ganarse al pueblo.
Dándoles el beneficio de la duda, cuesta creer que personas del medio periodístico
o artístico escupan para arriba y pongan en duda a priori las capacidades que
pudieran poseer sus compañeros de la farándula para proponer una gestión y organizar
un equipo que la lleve a cabo. Para ellos el presidente Maduro “…sigue
metiendo las extremidades, incluso en acciones políticas, como la selección de
candidatos a alcaldes que solo tienen vida en la industria del entretenimiento
y provocan un gran rechazo en las filas del partido de gobierno. Las elecciones
municipales del 8D serán un plebiscito. Si los venezolanos salen masivamente a
ejercer el voto castigo, Maduro estará liquidado…”(2)
Los menosprecian por chavistas, no por ser locutores o deportistas
destacados. Se olvidan de julio Borges quien dio sus pininos conduciendo un
programa malo pero televisado llamado “Justicia para todos”. Rechazan la
virginidad política. Prefieren la ignorancia demostrada de un Capriles o de un
Rosales. Prefieren la deshonestidad de Caldera, López, García o Mardo.
Como el resto de los integrantes de la familia Samsa en el fabuloso relato
de Franz Kafka, la oposición venezolana desprecia a sus propios hermanos, los
diferentes, los extraños, son rechazados así hayan vivido por mucho tiempo de
ellos y de su trabajo.
Por fortuna para todos -incluyéndolos a ellos mismos-, la dirigencia opositora
venezolana es una sistemática e infalible enterradora de primaveras, por lo que
con cada uno de sus ladridos, de sus aullidos destemplados, conjuran los peligros
de sus mordiscos hidrofóbicos.
(1): Álvarez Paz, Oswaldo. Ambiente de tragedia
y fatalismo. Agosto 21, 2013.
(2): Salazar, Marianella. Sálvese quien
pueda. Agosto 14, 2013. http://www.el-nacional.com/opinion/Salvese-pueda_0_244775700.html
(3): Salazar, Marianella. Indignidad nacional.
Julio 31, 2013. http://www.el-nacional.com/opinion/Indignidad-nacional_0_236376650.html
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