sábado, 3 de abril de 2010

Manos Blancas… ¿Manos limpias?

Toda mano -por blanca que esta sea-, tiene su respectivo juego de uñas y en estos días preelectorales los querubines oposicionistas se han dado a la tarea de mostrar las suyas.

Como quien muerde la mano que los alimentó, estos cachorros de la política han desactivado el mecanismo retractil que deja al descubierto sus afiladas zarpas. Herramientas limadas por la ambición hasta dejarlas bien filosas, estas garras han ido directo a la yugular de los partidos tradicionales.

Cánidos al fin, los chicos (y algunos ya no tan jóvenes) menearon la cola hasta el momento mismo en que la sumisión se convirtió en ladrido. Las fauces antes zalameras, pasaron de lambisconas a hidrofóbicas. Ahora enseñan sus colmillos cubiertos de espesas babas.

Estos angelitos ocultaron sus apetencias tras su cara de yo no fui. Y lograron engañar a mucha gente que vivía en la creencia de que eran ellos -los Líderes Ancestrales quienes con manos férreas, como las del Benemérito-, tenían el control de las hordas opositoras. ¡Ja!

Legendarios caciques como Ramos Allup, consagrados fascistas como Álvarez Paz, proverbiales mosquitas muertas como Julio Borges, Leopoldo López o Marcel Granier, peculiares arribistas como William Echeverría o Richard Blanco, desmedidos ambiciosos como Enrique Mendoza o Andrés Velásquez quedaron todos ellos con cara de burro embarcado y sin derecho a pataleo porque los mocosos les salieron unos cuervos respondones.

Al menos Ramos Allup tuvo la decencia de esperar hasta que Alfaro estuviera decrépito, Álvarez Paz y Enrique Mendoza se aguantaron como machitos toda una vida hasta que declinara la figura de Caldera, Marcel Granier no ha podido o no ha querido zafarse de la sombra de los Phelps -eternos proveedores de empresas para quebrar-, pero estos cagaleche no bien vislumbraron lo escuálida que era la mamila del apoyo económico que les daban los partidos, se alzaron dispuestos a hacerse de ese dinero y más sin la participación de molestos intermediarios.

A los que tenían las uñas cortas, quizás roídas por el nerviosismo suduroso que precede a hablar en público sin tener nada que decir y que conduce a la onicofagia, les fueron implantadas unas de acrílico cortesía de la NED, USAID, IPYS y otras organizaciones no gubernamentales preñadas de buenas intensiones. Ellos, las lucen largas y embellecidas, acicaladas con el desparpajo cínico de quien no padece de pudor y puede incluso mostrar las nalgas.

La mano abierta se transformó en la llave para entrar por la puerta principal en el inconciente colectivo venezolano, convirtió a los estudiantes en el movimiento genuinamente “no violento” para contraponer al puño cerrado símbolo de la izquierda revolucionaria. El desprevenido observador descubre una mano blanca, impoluta que, se muestra desprovista de segundas intenciones, mientras la verdad que esconde es que esa misma blancura es la que se despeña sobre el rostro en una sonora bofetada.

“La huella de la palma de mi mano es, ante todo, un símbolo de mi individualidad. Con esa huella reivindico mi condición singular e irrepetible… Con ella digo: “¡Aquí estoy! ¡Esta es mi marca!".” (1) vocifera un blog que trata de justificar el egoísmo con el que asumen la vida estos estudiantes.

“Inocentes” herederos del pensamiento de un Notario Franquista denominado Blas Piñar -ultraderechista comprometido desde muy joven con el catolicismo político-, los brigadistas universitarios, falanges del antirégimen, no levantan la bandera de sus homónimos italianos no, nada de exclamar al viento "allí donde existe un delito debe haber alguien capaz de denunciarlo”(2) mejor que eso, justifican su propia violencia como Miguel Bernard Presidente o Secretario General de Manos Blancas no sé, quien sin sustraerse de su pasado político, transita al borde de la legalidad democrática excusando la barbarie de la ultraderecha española luego de la muerte de Franco declarando: «Objetivamente, con todos los defectos que pudiera tener Fuerza Nueva, el partido de Blas Piñar desempeñó un papel importante en la transición española. Si no hubiera existido una oposición de este tipo, llamémosle violenta, a lo mejor la transición se hubiera hecho de otra manera. Tal y como se desarrolló hubo un equilibrio de fuerzas y terminó, con los incidentes que existieran por el camino, con un texto constitucional» (3).

La mano abierta aparece con toda su carga subyacente, como la primera representación que de si mismo hiciera el ser humano. En las cuevas que albergaron los albores de los homínidos protohumanos aparecen ya las manos afirmando la presencia del conquistador propietario del rocoso inmueble. Esa misma extremidad puede también mostrar todo el desprecio que se puede llegar a sentir por otro ser humano, como en el gesto elocuente que se le escapó a George W. Bush cuando en compañía de Bill Clinton se acercó hasta los haitianos (4); toma la mano de un negro, pobre y damnificado y como si se hubiese untado de excremento, se limpia inmediatamente y sin disimulo en la manga de la camisa de un Clinton distraído -quien sabe si preocupado-, que no supo en que momento lo involucraron en una desagradable historia de rasismo y arrogancia, de discriminación y ultraje.

Cuestiones de anatomía o de interpretación y metanálisis, en definitiva todo se reduce a números y resultados. Si de anatomía se trata, mostrar los dedos de ambas manos extendidos nos incita a contar; si de instrumentos metodológicos de investigación y de procesamiento de informaciones y contenidos y su consecuente análisis estadístico hablamos, el metanálisis nos interesa para darle sabor a las cifras, a las estadísticas, a las encuestas ya por mucho tiempo desacreditadas. Hablamos entonces de integrar los hallazgos obtenidos por una serie de encuestadores individuales y de maquillarlos de tal manera que aún perdiendo nos sean favorables los resultados.

“Manos blancas son también manos limpias, y debe ser en esta última acepción que Chávez le ha declarado la guerra al símbolo que, desde que decidió instaurar su ominosa dictadura en Venezuela, viene acorralándolo”, sostiene Manuel Malaver en un escrito titulado Manos Blancas versus Manos Sucias (5) y continúa exaltando “Manos de jóvenes, de estudiantes, puras, sin callos ni maltratos y sin otra certeza que, de mantenerse quietas, inmóviles e inactivas en poco tiempo serán esposadas y llevadas a tribunales controlados por sicarios judiciales que los enviarán a cárceles o los forzarán al exilio”.

¿Esas manos blancas, en verdad son el equivalente a decir Manos Limpias?. Pudiera esconder la pintura que las cubre una serie de manchas que, a juzgar por los números que se manejan “Según el informe anual de 2009 sobre las actividades de la USAID en Venezuela, 32% de sus fondos multimillonarios han sido invertidos en grupos estudiantiles y juveniles vinculados con la oposición”(6), es decir hablamos de real parejo a disposición de unos cuantos muchachos que no les rinden cuentas a nadie. “De los 7.45 millones de dólares entregados a grupos y proyectos políticos en Venezuela durante 2009, una mayoría fueron destinados a “promover el debate político entre estudiantes para aumentar el nivel del discurso sobre algunos de los asuntos más importantes para los venezolanos”, continúa diciendo el informe, ¿Sabía usted amiga o amigo lector de la existencia de ese dinero?. El informe citado revela exclusivamente el aporte realizado por una sola ONG, de las tantas que se ha descubierto financian a los grupos estudiantiles; al igual que un iceberg, lo que sale a la superficie no es si no una mínima proporción de lo que las aguas de la “honestidad” ocultan.

De la utilización de las manos y de la coloración de las ideas pretender la exclusividad es una utopía, manos blancas las hay buenas como el Coro de las Manos Blancas que forma parte del Programa de Educación Especial del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, quien atiende a más de 700 niños a lo largo y ancho de la nación. Desde 1999 año de su fundación, cientos de jóvenes con deficiencias visuales, auditivas, motrices y/o cognitivas han sido atendidos e integrados, es decir por primera vez tomados en cuenta. Nada que ver con otras manos.

De las revoluciones y sus colores verdes, azules, naranja, la historia tiene un arco iris, pero como al invertir el efecto de pasar la luz a través de un prisma, la realidad de su unión da como resultado el blanco, y no debo recordar que este último es el tono que identifica a los adecos ¿no?.

Maurice Ravel compuso alguna vez un Concierto para la Mano Izquierda en Re Mayor, pero no creo que los oposicionistas en su amor por las palmas quieran asumirlo como propio, como un himno o una marcha triunfal. Preferirán en todo caso transmutarse, cambiar el logotipo, evolucionar, quitarle el re a la pieza y variar el enfoque, desviar el foco de atención de unas manos problemáticas y vulgarizadas por el uso, a un muy europeo y aristocrático par de nalgas peladas que pudieran interpretarse como las Nalgas Blancas o un más tropicalizado y confianzudo Los Rabipelados.

(1) http://desdelacol.blogspot.com/2007/06/el-significado-de-las-manos-blancas.html
(2)
http://www.rtve.es/noticias/20090527/manos-limpias-sindicato-ultraderechista-dirigido-por-admirador-blas-pinar/278887.shtml
(3) http://www.elmundo.es/cronica/2005/489/1109458802.html
(4)
http://www.sitiostotal.com/noticias/video-de-bush-limpiandose-la-mano-tras-saludar-a-haitianos-damnificados/
(5) http://venezuelanoticia.com/2010/02/09/manuel-malaver-manos-blancas-contra-manos-sucias/
(6)
http://www.taringa.net/posts/noticias/4641607/USAID-detr%C3%A1s-de-los-%E2%80%9CManos-Blancas%E2%80%9D-en-Venezuela.html

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