Ni estaban todos los
que debían, ni mucho menos los que fueron eran los que tenían que acudir.
Esta primera reunión
por la paz estuvo plagada de arroceros. Es decir, hubo una serie de coleados en
el tertulia convocado por el Presidente Maduro con ánimo -no entiendo por qué-
de sincero acto de constricción.
Muchas de estas personas
acudieron más por disfrutar sus 10 minutos de fama que por establecer
diferencias o de plantear soluciones.
Muchos viejos
carcamanes de la política cuarorepublicana recibieron esta invitación al
dialogo como quien mira una máscara de oxigeno. Figuras antediluvianas que ya
no cuentan con nadie que los respalde, pero que sobreviven gracias a sus
habilidades para la tramoya y la trampa. Neofacistas disfrazados de demócratas,
personeros que no distinguen entre una lata de sardinas y un envase de atún.
Una fauna variopinta de aprovechadores de oficio que mostraron las costuras del
jalamecatismo. Una ristra de desocupados que le dieron vueltas a las mismas
ideas para terminar por no concluir en nada, por no aportar nada.
Descubrimos esta
larga noche que una buena porción de los gobernadores venezolanos carece de
léxico y de ideas. Observamos como el vacío intelectual es casi una norma entre
los políticos oposicionistas reunidos en esa mesa de diálogo, para vergüenza
ajena seguramente, de los invitados de UNASUR.
Al menos la mitad de
los opositores que hablaron fueron chavistas en algún
momento y llegaron a sus posiciones de gobierno gracias al favor que les hizo
Hugo Chávez de recomendárselos a sus respectivos votantes, eso habla de la solidez de sus convicciones y de
su lealtad. De los nacionales sentados en esa mesa de diálogo al menos un
tercio son ciegos e insistieron en sostener que las protestas que sufrimos todos
los venezolanos chavistas o no, son pacíficas. El 100% de los opositores
criollos asistentes -convidados o arroceros- no sabe leer y niega que en
Venezuela haya libertad de expresión. De los “dirigentes” de la MUD presentes
allí, unos cuantos apoyaron con su firma el golpe de estado que dio Carmona
Estanga y los que no lo hicieron fue porque ni para esos menesteres los ha
querido la rancia casta opositora que los mira como lo que son: ¡Una cuerda de aprovechados!.
Nos enteramos sí, que
la tremofobia existe y que no tiembla la tierra cuando uno quiere si no cuando
las fuerzas telúricas no soportan más presión y explotan, algo así como cuando
la gente humilde casada de ser explotada y segregada estalla y arrebata, más o
menos como lo que ocurrió con el Caracazo. No sintieron ni cosquillas los
sismógrafos con las palabras de Capriles, quien amenazó con un terremoto que, supuestamente
desatarían sus palabras. Pero no, se limitó a contarnos una a una las amistades
que ha hecho a lo largo de los años con la dirigencia chavista, típico
comportamiento del que suele usar sus influencias. El pobre Enrique perdió su
tiempo igual que nosotros perdimos el nuestro escuchando sus estupideces. Con
razón el Chávez esclarecido lo sentenció con una frase lapidaria: ¡Ah muchacho
pa’ bobo!
Sin repetir la
defensa que del accionar de gobierno hicieron los bolivarianos, cosa que por
cierto el pueblo consiente ha sostenido todos estos años con sus votos, tenemos
que recordar que lo que tilda la oposición de “movimiento cívico y pacífico” es
el mismo que ha quemado sedes de ministerios, que ha incendiado centros de
asistencia médica con todo y personal adentro, que ha producido un daño
ambiental irreparable con la tala de más de seis mil árboles saludables, que ha
ocasionado más de cuarenta muertes dolorosas e inútiles, que ha quebrado a
miles de pequeños emprendedores y que ha producido cientos de millones de
dólares en pérdidas económicas.
Supimos si en cadena
televisada que, la gente que habla paja mientras más paja habla más acusa a los
otros de hacer con su verbo un pesebre. Las palabras sonsas balbuceadas por
algunos de estos “dirigentes opositores” no le hicieron mella a los actos de
intolerancia protagonizados en estos días por sus guarimberos.
Al menos las
preocupaciones expresadas por estos “dirigentes opositores” aparentan ser las
mismas que movieron esta iniciativa por parte del gobierno, pero no hubo ni una
sola propuesta que orientara la solución al problema de la violencia, ni una sugerencia
que pusiera sobre la mesa el remedio al problema del desabastecimiento, ni una
sola palabra respecto a cómo hacer para reactivar el aparato productivo… es
decir ¡buche y pluma no más!.
Mantener un diálogo
de paz en esta Venezuela de inicio de siglo resulta más doloroso que un cólico nefrítico.
Sobre todo porque los incitadores a la violencia jamás reconocerán sus
responsabilidades.
Este gobierno de Maduro
es demasiado paciente, es tan benévolo o tan ingenuo, que todavía piensa que va
a obtener de esas personas -casi todos arroceros o coleados- una palabra de
condena a las acciones de los grupos violentos que mantienen en zozobra a
nuestro pueblo. Lo primero que se debió haber hecho fue filtrar la
participación de las personas que asistirían al encuentro, puesto que de
generales sin ejercito ya estamos hartos, o si no ¿Qué pito tocaban allí
Barboza, Ramos Allup o Enríquez?, ¿Qué carajo hacían allí Villegas, Bolívar o
Velázquez?, ¿Qué estaba haciendo allí el mismisimo Capriles Radonski quien
ahora es repudiado hasta por sus supuestos seguidores?
Dicen que para que
haya paz se debe acabar la impunidad sin embargo este borrón y cuenta nueva lo
que representa realmente es voltear la cara para poner la otra mejilla.
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