lunes, 28 de abril de 2014

A Palomares

Nos recibió un gato beige
entre angora y gastado

Ronroneó algunas cosas
difíciles de entender
por su fuerte acento gatuno
mientras estuvo a mi lado
exigiéndole a mi mano
que rozara suavemente
su cabeza desaliñada

Extraño fue el crujir
de articulaciones
y de huesos descoyuntados
al contacto felino
y la sensación de glacial
que recorrió mi espalda
y se aposentó en mi pecho,
se disipó de inmediato
cuando el gato saltó al piso
y emprendió viaje
hacia el pasillo en penumbra.

Apareció entonces el poeta
precedido por el gato
que le anunció
con un maullido intenso
casi estridente.

Caminaba con ritmo paceño,
ese que otorgan los años
y los recuerdos
o la escasez de oxígeno
del altiplano.
Se sentó en su poltrona
como Keops en su trono
y amablemente
como emperador benevolente
habló…

Platicó de amigos y textos
de Sócrates, de Rimbaud
de Ungaretti, de Cervantes.
Habló de Escuque y su contexto
de El Reino y su Paisano
de sus Alegres provincias
y de otras obras,
Habló de afectos,
habló de otras épocas
De copas, de farras
del hígado impertinente
jugador empedernido
de gallos y de dados
actor de lances heroicos
desenfadado

Yo, le recordé un opúsculo
no sé qué tan divulgado
titulado Vuelta a casa
y el gentil, me obsequió
un ejemplar autografiado
de Mérida, elogio de sus ríos.

Y ante un frente silencioso
que amenazó cubrir la sala
la conversación
en un giro
nos trajo de vuelta al gato.

El poeta nos contó
del pedigree callejero
que desde Egipto o Abisinia
fue mermando en cada noche
de parrandas inauditas
hasta llegar a esa esfinge
miniatura idealizada
remembranza del rugir
destemplado y temible
de sus ancestros salvajes.

Los amaneceres de juerga
y de misterio
con que rodea
su existencia
un minino respetable
dejaron un pentagrama
atravesado en su cara.

Nos narró como
el anónimo animal
terco a responder
ante cualquier apelativo
un día de instintos
cazadores exacerbados
posó su mirada certera
concentrada
en el vuelo de una
mariposa de alas azules
que revoloteaba por la casa.

Se agazapó tras el sofá
pegó al piso su panza
agitó débilmente su cola
movió con lentitud sus zarpas
puso en tensión todo su cuerpo
y no hubo nada ni nadie
que distrajera su atención
de aquel insecto en desgracia.
La mariposa surcó
zigzagueante el aposento
y el gato en ágil maniobra
después de una corta carrera
se elevó, se estiró
se aferró muy fuerte
al vuelo de aquella
primavera alada
mientras caía
nueve pisos
desprendiéndose
una a una de sus vidas
sin maullar para contarlo
pero satisfecho con el trofeo
que obtuvo en su última caza.

Asomados al balcón
contemplamos
sobre el negro de la calle
los otros una oscura mancha
yo, juro que vi al gato
sentado, lamiéndose una pata
luego levantó la mirada
y gesticuló algo inaudible
a la distancia.
Los demás nada sintieron
y al voltear hacia la estancia

el poeta ya no estaba.

viernes, 11 de abril de 2014

Los Arroceros

Ni estaban todos los que debían, ni mucho menos los que fueron eran los que tenían que acudir.

Esta primera reunión por la paz estuvo plagada de arroceros. Es decir, hubo una serie de coleados en el tertulia convocado por el Presidente Maduro con ánimo -no entiendo por qué- de sincero acto de constricción.

Muchas de estas personas acudieron más por disfrutar sus 10 minutos de fama que por establecer diferencias o de plantear soluciones.

Muchos viejos carcamanes de la política cuarorepublicana recibieron esta invitación al dialogo como quien mira una máscara de oxigeno. Figuras antediluvianas que ya no cuentan con nadie que los respalde, pero que sobreviven gracias a sus habilidades para la tramoya y la trampa. Neofacistas disfrazados de demócratas, personeros que no distinguen entre una lata de sardinas y un envase de atún. Una fauna variopinta de aprovechadores de oficio que mostraron las costuras del jalamecatismo. Una ristra de desocupados que le dieron vueltas a las mismas ideas para terminar por no concluir en nada, por no aportar nada.

Descubrimos esta larga noche que una buena porción de los gobernadores venezolanos carece de léxico y de ideas. Observamos como el vacío intelectual es casi una norma entre los políticos oposicionistas reunidos en esa mesa de diálogo, para vergüenza ajena seguramente, de los invitados de UNASUR.

Al menos la mitad de los  opositores  que hablaron fueron chavistas en algún momento y llegaron a sus posiciones de gobierno gracias al favor que les hizo Hugo Chávez de recomendárselos a sus respectivos votantes, eso  habla de la solidez de sus convicciones y de su lealtad. De los nacionales sentados en esa mesa de diálogo al menos un tercio son ciegos e insistieron en sostener que las protestas que sufrimos todos los venezolanos chavistas o no, son pacíficas. El 100% de los opositores criollos asistentes -convidados o arroceros- no sabe leer y niega que en Venezuela haya libertad de expresión. De los “dirigentes” de la MUD presentes allí, unos cuantos apoyaron con su firma el golpe de estado que dio Carmona Estanga y los que no lo hicieron fue porque ni para esos menesteres los ha querido la rancia casta opositora que los mira como lo que  son: ¡Una cuerda de  aprovechados!.

Nos enteramos sí, que la tremofobia existe y que no tiembla la tierra cuando uno quiere si no cuando las fuerzas telúricas no soportan más presión y explotan, algo así como cuando la gente humilde casada de ser explotada y segregada estalla y arrebata, más o menos como lo que ocurrió con el Caracazo. No sintieron ni cosquillas los sismógrafos con las palabras de Capriles, quien amenazó con un terremoto que, supuestamente desatarían sus palabras. Pero no, se limitó a contarnos una a una las amistades que ha hecho a lo largo de los años con la dirigencia chavista, típico comportamiento del que suele usar sus influencias. El pobre Enrique perdió su tiempo igual que nosotros perdimos el nuestro escuchando sus estupideces. Con razón el Chávez esclarecido lo sentenció con una frase lapidaria: ¡Ah muchacho pa’ bobo!

Sin repetir la defensa que del accionar de gobierno hicieron los bolivarianos, cosa que por cierto el pueblo consiente ha sostenido todos estos años con sus votos, tenemos que recordar que lo que tilda la oposición de “movimiento cívico y pacífico” es el mismo que ha quemado sedes de ministerios, que ha incendiado centros de asistencia médica con todo y personal adentro, que ha producido un daño ambiental irreparable con la tala de más de seis mil árboles saludables, que ha ocasionado más de cuarenta muertes dolorosas e inútiles, que ha quebrado a miles de pequeños emprendedores y que ha producido cientos de millones de dólares en pérdidas económicas.

Supimos si en cadena televisada que, la gente que habla paja mientras más paja habla más acusa a los otros de hacer con su verbo un pesebre. Las palabras sonsas balbuceadas por algunos de estos “dirigentes opositores” no le hicieron mella a los actos de intolerancia protagonizados en estos días por sus guarimberos.

Al menos las preocupaciones expresadas por estos “dirigentes opositores” aparentan ser las mismas que movieron esta iniciativa por parte del gobierno, pero no hubo ni una sola propuesta que orientara la solución al problema de la violencia, ni una sugerencia que pusiera sobre la mesa el remedio al problema del desabastecimiento, ni una sola palabra respecto a cómo hacer para reactivar el aparato productivo… es decir ¡buche y pluma no más!.

Mantener un diálogo de paz en esta Venezuela de inicio de siglo resulta más doloroso que un cólico nefrítico. Sobre todo porque los incitadores a la violencia jamás reconocerán sus responsabilidades.

Este gobierno de Maduro es demasiado paciente, es tan benévolo o tan ingenuo, que todavía piensa que va a obtener de esas personas -casi todos arroceros o coleados- una palabra de condena a las acciones de los grupos violentos que mantienen en zozobra a nuestro pueblo. Lo primero que se debió haber hecho fue filtrar la participación de las personas que asistirían al encuentro, puesto que de generales sin ejercito ya estamos hartos, o si no ¿Qué pito tocaban allí Barboza, Ramos Allup o Enríquez?, ¿Qué carajo hacían allí Villegas, Bolívar o Velázquez?, ¿Qué estaba haciendo allí el mismisimo Capriles Radonski quien ahora es repudiado hasta por sus supuestos seguidores?


Dicen que para que haya paz se debe acabar la impunidad sin embargo este borrón y cuenta nueva lo que representa realmente es voltear la cara para poner la otra mejilla.