Cuando era muy chico, la primera tarea que debía cumplir cada domingo -como buen niño de provincia-, era la de salir en mi bicicleta hasta el kiosco más cercano a comprar la prensa, que mi padre a lo largo del día entre el desayuno, el almuerzo y las carreras de caballos leería hasta el obituario.
Par mi en aquellos tiempos un periódico era un periódico y punto; y lo único interesante que traía en sus entrañas eran las comiquitas.
Pero para mi padre leer su contenido era una religión y como todo acto de fe ese ritual tenía su credo y su profeta. Para papá la palabra verdadera venía impresa en El Nacional y cuando en una oportunidad le llegue con una resma de hojas de periódico similar a mi entender a la que todos los domingos le llevaba, pero que en el encabezado decía El universal, la cara se le descompuso y con su típica manera de decir las cosas me espetó: “¡Te dije que trajeras el periódico, no esa porquería!, ¿Es que acaso yo voy a envolver pescado?”
Eran tiempos gloriosos para El Nacional. Sus articulistas eran brillantes, su ecuanimidad era proverbial, las noticias eran noticias y no caliches, los reporteros investigaban antes de publicar, la mano de Miguel Otero Silva enderezaba cualquier atisbo de descarrilamiento, en fin eran otros tiempos.
Más grandecito, ya adolescente, mientras participaba en un taller de fotografía, el veterano fotoperiodista Luigi Scotto nos contó a los presente una anécdota de redacción. Narraba el experimentado retratista que Amadis -seudónimo con el que editorializaba Luís Teófilo Núñez-, al escuchar que repicaba el timbre del teléfono de la redacción exclamaba: “¡No contesten… que puede ser una noticia!”
Episodios como esos inclinaban los afectos de la gente que quería estar bien informada a apertrecharse todos los días con su respectivo El Nacional.
Sin embargo a este último diario le cayó Macúmba con el ascenso del vástago de MOS a la dirección del consorcio que le heredó su padre y ahora es “sombras nada más” de los que fue. No merece ni dedicarle un réquiem.
Aún así existen múltiples razones para seguir adquiriendo el nacional, pues el sirve para:
1. Madurar aguacates.
2. Tapar las vidrieras cuando están remodelando un local.
3. Ponerle al piso en caso de una gotera.
4. Que el perrito de la casa se acostumbre a hacer pis en un solo sitio.
5. Hacer papagayos (papalotes, cometas, barriletes, o como los quieran llamar).
6. Embalar huevos (en el campo meten los huevos en una lata de leche y para que no se rompan en el traslado los separan unos de otros con trozos de El Nacional).
7. Dejar limpiecito el parabrisas del carro.
8. Arroparse en las bancas del parque más cercano cuando uno se queda limpio y no tiene a donde ir.
9. Guardar la vajilla de lujo que se saca sólo cuando hay invitados en casa.
10. Colocarle en la barriga a los niños que se marean y vomitan mientras viajan (recetas de la abuela).
11. Matar moscas y/o zancudos.
12. Encender el fuego de las parrillas, asados y sancochos domingueros (recomendaciones de softbolistas).
13. Que los ratones hagan sus nidos.
14. El vestido de Lady Gaga.
15. Cuando se acaba el papel toilette.
16. Hacerle la cabeza a los títeres de los niños.
17. Fabricar un sombrerito estilo Napoleón Bonaparte.
18. Guardar el chigüire seco hasta la Semana Santa.
19. Hacer piñatas.
20. Cortar tiritas en la escuela y armar los taquitos que le vas a lanzar a los demás con una cerbatana.
21. Envolver pescado.
22. Que tu mamá haga los patrones para los vestidos que les va a hacer a tus hijas.
23. Nivelarle la pata coja a una mesa.
24. Colocarle en el piso al carro luego de lavarlo y aspirarlo por dentro.
25. Darle de comer a las cucarachas.
26. Comenzar una campaña de reciclaje en el barrio o la urbanización en donde vives.
27. Enrollar el cuerpo B y darle un pescozón al mayorcito de los chamos que se quiere amotinar.
28. Guardar hasta la próxima navidad las bolitas de cristal del arbolito de casa de tu mamá que tienen como 30 años.
29. Hacerle el germinador al carajito chiquito que la maestra en un arranque de originalidad le mandó a construir.
30. Ponerle al colchón mientras el niño niña o adolescente de la casa aprende a controlar esfínteres.
31. Castigar al perro que no aprendió el punto 4.
32. Disimular la Play Boy que te llevas caleta para el baño.
33. Tapar el hueco que tiene la pared.
34. Elaborar las máscaras para el baile de los Diablos de Yare.
35. Confeccionar un vestido a lo María Josefa García Prado, a lo Lía Griffith o a lo Jolis Paons.
36. Para secar los zapatos cuando llegas a tu casa bajo un rolitranco palo de agua como los que están cayendo estos días (los rellenas con papel periódico arrugado y al otro día están sequitos).
37. Confeccionar cestas tejidas (¡en serio, se pueden hacer como si fueran de mimbre y luego de pintarlas quedan arrechísimas!).
38. Quitarle los malos olores a la nevera (le pones papel periódico en el compartimiento de las verdura y de pana que le quita el mal olor a tu nevera).
39. Fabricar Newspaper Wood con la fórmula del holandés Mieke Dingen.
40. Manufacturar cartón con papel reciclado.
41. Forrar cuadernos (¡claro, eso era cuando las personas de mi edad éramos chamos… ahora es la propia raya!).
42. Elaborar flores de papel.
43. Producir obras de arte como León Ferrari, Sandhi Schimmel, Carlos Meira, Nick Georgion, Omar Abud, etc.
44. Envolver cuando te vayas a mudar los pavosísimos adornitos de porcelana que vas a dejar caer escaleras abajo para después contarle a tu mujer el trágico accidente que sufrieron.
45. Confeccionar papel artesanal.
46. Quemar avisperos o correr a un enjambre de abejas asesinas.
47. Hacer el Pájaro Guarandol, el Carite o la Lancha Nueva Esparta.
48. Realizar las montañitas y las cuevas del pesebre cada navidad.
49. Ponerle en el piso a la jaula de los loros.
50. Para que ahora te toque a ti prenderle un peo a tus hijos si se aparecen con ese bendito mamotreto cuando tú los mandas un domingo a comprar el periódico.
Seguramente habrá muchas otras cosas, miles de ideas más que se pueden ejecutar empleando El Nacional como base, pero lo único que usted no puede hacer con ese pasquín es estar bien informado.