Desde el mismo momento en que el Ejecutivo Nacional anunció la implementación de un conjunto de acciones anticrisis para afrontar el embate de la debacle financiera mundial y disminuir su impacto sobre nuestra economía, voces agoreras de todas las tendencias oposicionistas comenzaron a expresar su descontento y desconfianza hacia esas iniciativas.
Una de las disposiciones que con más virulencia ha sido criticada, ha sido la correspondiente al recorte presupuestario del 6% que se les aplicó a los recursos asignados previamente a todas las instituciones de Educación Superior de nuestro país.
Como medida de austeridad que, dicho sea de paso, se hace extensiva a todos los organismos públicos, este recorte no afecta en ningún momento las asignaciones destinadas a pago de sueldos y salarios, a los desembolsos consagrados a los servicios estudiantiles, ni a los gastos mínimos de funcionamiento (Decreto 6.649 de fecha 24 de marzo de 2009).
Sin embargo y con el ánimo oculto de soliviantar el espíritu volátil de los estudiantes -carne de cañón por excelencia, de las “cruzadas” anti régimen emprendidas por la oposición criolla-, los medios de comunicación contrarios al proceso de cambios emprendido y apoyado por la mayoría del pueblo venezolano, han dedicado una porción significativa de su centimetraje a difundir la especie de que “el recorte va a afectar el ingreso de estudiantes al Subsistema de Educación Superior”, que los va a dejar sin servicios fundamentales para ellos, como son los de transporte y comedor. O mencionan cosas tan absurdas como que el recorte afecta solamente a las universidades “opositoras” ¡Qué tal!
Se cuidan de mencionar en estas campañas de pánico, datos relevantes como que del presupuesto asignado en general a las universidades nacionales en 2008, sólo el 45% fue ejecutado, o que del monto total concedido “hasta 1 millardo 53 millones 809 mil 602,16 de BsF., fueron represados en bancos del país por parte de las autoridades de algunas universidades públicas autónomas como: la Universidad Central de Venezuela, Universidad de Oriente, Universidad Nacional Abierta, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Universidad Simón Bolívar y La Universidad del Zulia, entre otras” (fuente no desmentida por nadie: http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?23639).
Obvian mencionar los Barones de la prensa opositora que, una parte jugosa de los recursos asignados a las Universidades desaparece en el pago de gastos suntuarios -disfrutados por unas pocas “Autoridades” o “Personalidades destacadas”-, tales como viáticos, gastos de representación, cancelación de cifras astronómicas por servicio corporativo de celulares, ¡pero no de “vergatarios” no, de Blackberry’s que si dan caché!.
Despluman el presupuesto de estas Casas de Estudio, las cantidades ingentes de dinero que, por concepto de “Acuerdos Federativos”, van a parar a sindicatos de obreros y empleados o a las Asociaciones de Profesores, en donde Directivos inescrupulosos emplean el dinero de todos en pagar campañas incendiarias en contra del gobierno que muchos de los agremiados –chavistas o no- muchas veces no comparten.
Pero increíblemente la solicitud de más recursos por los que claman las Universidades, se ve ensombrecida por el peso de las circunstancias. En estos momentos sobre el mundo se cierne un peligro cierto, tan real que la OMS decidió elevar el grado de alarma al nivel 5 de una escala de 6, ante la pandemia desatada por la presencia lóbrega del virus de influenza AH1N1 (http://eleconomista.com.mx/notas-online/internacional/2009/05/07/oms-mantiene-nivel-alerta-virus-ah1n1-nivel-5) y sin embargo podemos observar el lamentable comportamiento de nuestras Máximas Casas de Estudio, las cuales en su autismo no han podido efectuar ningún pronunciamiento serio, responsable, involucrándose directamente en la atención de este megaconflicto, del cual no estamos exentos de padecer.
Si, en serio, ¿Alguien ha visto, leído u oído comentar acerca de algún tipo de declaración que, haya surgido aunque sea del más oscuro de los Departamentos de Microbiología de alguna de las flamantes Facultades de Medicina, de alguna de nuestras rutilantes Universidades, incluyendo la Bolivariana?, si lo conoce remítalo a mi correo electrónico por favor, que quisiera echarle una hojeada.
No es posible que ninguna de nuestras Universidades hasta el momento, se haya hecho eco de la advertencia de la OMS y no haya hecho referencia a los ajustes que debe practicar a sus laboratorios para poder procesar la cantidad de muestras que, hipotéticamente, se van a tener que analizar para aclarar cuantos de los enfermos que eventualmente aparezcan, serán positivos para un virus del cual se espera enferme y mate a más personas que las tres últimas grandes pandemias, la de 1919 alías la gripe española, la de 1956 y la gripe de Hong Kong de 1968.
¿Saben ustedes de la existencia de un plan de contingencia que se haya preparado espontáneamente en el seno de nuestras instituciones de Educación Superior para ejecutarlo en los Hospitales Universitarios, jurisdicciones que están bajo la égida de nuestras más rancias –por abolengo- o noveles Facultades de Medicina?, ¿Están los estudiantes de medicina de los últimos bienios enterados formalmente de las características que deben identificar en los enfermos para detectar con prontitud los probables casos y seguros reservorios y fuentes de contagio de tan deleznable y novedoso mal?, ¿Han sido entrenados los estudiantes de bioanálisis en el manejo de equipos y en la interpretación de datos para el óptimo procesamiento de las muestras provenientes de los probables infectados?, ¿Saben los médicos generales que recibirán a los pacientes contaminados con el virus de la influenza en las salas de emergencia de nuestros centros asistenciales el tipo de tratamiento idóneo para limitar el daño ocasionado por esta enfermedad?.
Seguramente las respuestas a esas interrogantes es un rotundo no. Las Universidades surten de pasantes a todos los centros asistenciales que se encuentran en sus respectivas áreas de influencia, pero por lo visto sólo quieren egresar personal médico preparado para el trabajo a destajo, duro y casi esclavizante que se les ofrece en el circuito de las clínicas privadas. No hay sensibilidad que valga, no hay compromiso con nadie, no existe mayor ideal que el de enriquecimiento rápido con el dolor del prójimo.
Triste pero cierto, no conozco la existencia de tan siquiera una campaña de concientización y educación sanitaria, emprendida por nuestras Universidades para tener a nuestros conciudadanos enterados, prevenidos y alertas ante el peligro inminente de aparición de los primeros casos del virus AH1N1en nuestro territorio.
Lástima, las instituciones llamadas por derecho a ser corresponsables en la protección de la salud de nuestro pueblo, distraen sus días luchando contra un tirano inexistente, por el rescate de una libertad jamás perdida, enfrentándose a un Régimen tan peligroso para la democracia, que pierde año por año recursos, fuerzas y talento promoviendo elecciones que a veces hasta lucen destempladas.
Deberían pensarlo dos veces los Apóstoles de la cultura universitaria, antes de iniciar sus lamentos por la leche derramada, antes de reclamar uno solo de los bolívares retirados de sus presupuestos deberían pensar para luego exclamar: ¡Es qué esos recursos los vamos a destinar a promuevan iniciativas que procuren mayor bienestar para nuestro pueblo! ¡Es por eso señor Presidente que los Universitarios exigimos más recursos para el funcionamiento de nuestras Máximas Casa de Estudio! ¡Por eso protestamos el tratamiento de golpistas y conspiradores con los que se nos califica desde Miraflores!